9 may 2009

VELIKO TARNOVO, la antigua capital. Abril 2009.



Situada a 250 km de Sofia, a orillas del río Yantra, la ciudad fue fundada por los tracios.
Edificada sobre las colinas Tsárevets, Trapézitsa y Sveta Gorá, la ciudad exhibe con orgullo los vestigios de más de 30 siglos de desarrollo material y político. Ya en el siglo X era un centro densamente poblado y con cierto peso económico y cultural. No por casualidad fue capital de Bulgaria durante los dos siglos de independencia entre el dominio bizantino y la invasión turca. Su principal atractivo en la actualidad consiste en la combinación de modernidad -es una importante ciudad universitaria- y antigüedad que ofrece.

Entre 1187 y 1393 era la capital del Segundo Estado Búlgaro - una ciudad feudal tipo, con mucha influencia económica y cultural en el país.
Los otomanos la conquistaron en 1393 tras incendiarla. Era uno de los centros artesanales de mayor importancia. Se producían, en particular, artículos de cobre y cuero.
Fue capital
del país, nuevamente, por un periodo corto después de la Liberación (1878).
La colina de Tsarevets es una fortaleza natural inexpugnable donde fueron construidos el palacio real, la iglesia patriarcal y muchas otras iglesias pequeñas. Los muros alcanzaban los 12 m. de altura.
Hoy en día se están restaurando los elementos del castillo que le dan su perfil original. En verano, hay un espectáculo nocturno de luz y sonido, donde se cuenta la historia de la ciudad.
A 5 kms. se halla el puieblo de Arbanasi, que conserva edificios peculiares típicos de la arquitectura búlgara, rodeados de muros y con un patio interior. Destaca la Iglesia de la Natividad, con excelentes pinturas murales en su interior.
El Museo Etnográfico de Etara, al aire libre, es la recreación de un antiguo pueblo bulgaro, con talleres de artesanos que realizan sus trabajos de cara al publico.
Otro pueblo cercano es Gabrovo, el pueblo de los tacaños para los búlgaros, que posee un interesante Museo del Humor y la Sátira.
Se dice que la gente de Gabrovo ...

  • corta las colas de sus gatos para que puedan cerrar la puerta más rápido cuando se deja que el gato salga fuera, con el fin de guardar el calor. El gato negro con un corte de la cola se ha convertido en un símbolo perdurable de Gabrovo.