25 dic 2007

MARRUECOS, el vecino del sur. Abril 1996.

           

      





Marruecos («Al-Mamlaka al-Maghribía») está situado en el extremo noroccidental de África. Limita al oeste con el Atlántico, al norte con el Mediterráneo, al este con Argelia y al sur con el Sáhara Occidental y Argelia.



Al norte del país se encuentra el macizo montañoso del Rif, que separa la llanura costera del interior. Las mesetas que se extienden a lo largo de las orillas del Atlántico dan paso hacia el este a la cordillera del Atlas, que se divide en tres grandes zonas: Atlas Medio, Gran Atlas y Anti Atlas. En la zona del Gran Atlas está situado el monte Toubkal, que con 4.165 metros es el punto más alto del país.
Al sur, se halla la meseta sahariana.

EXTENSION 446.550 kilómetros cuadrados.
POBLACION 30.645.305 (según censo de julio de 2001).
COMPOSICIÓN ÉTNICA El 99,1% de los marroquíes es de origen árabe o bereber.
IDIOMA El idioma oficial es el árabe. En la zona norte también se habla beréber. El francés, y en menor medida el español, son las lenguas utilizadas en los negocios y la diplomacia.
RELIGION: Marruecos es un estado confesional donde el islam es la religión oficial. No obstante, existe también una minoría cristiana (1,1%) y judía (0,2%).


HISTORIA: Habitado desde el paleolítico, Marruecos tuvo colonias fenicias en las costas del Mediterráneo. Luego ocuparon su lugar los cartagineses. En el siglo IV a. de C. pasó a formar parte del reino de Mauritania. Los romanos necesitaron más de dos siglos para vencer a los reinos beréberes de la región, hasta que en el año 42 d. C. Roma por fin se impuso, convirtiéndolo en provincia del Imperio.

En 684, llegó la invasión árabe , que finalizó en el siglo VIII, tras superar diversos alzamientos de los indígenas beréberes que formaron reinos independientes de corta duración. A principios del siglo XI los almorávides procedentes del Sáhara se propusieron la conquista de Marruecos y fundaron Marraquech, su capital imperial. Un siglo después, los almohades, una tribu beréber originaria del Alto Atlas, sometieron a todo el país y conquistaron Al Andalus. La caída de Marraquech en 1269 puso fin a la dinastía de los almohades, una de las más brillantes de la historia marroquí.
Durante los siglos XVI y XVII reinaron los alauíes, dinastía que dio paz y prosperidad al país al contener la presión turca. De esta estirpe desciende la dinastía que actualmente ocupa el poder.
En el siglo XVIII las potencias europeas colonizaron el país. Los ejércitos españoles y franceses penetraron en Marruecos. Los primeros se apoderaron gradualmente de la franja noroccidental tras la guerra de 1859-60. Tras la Conferencia de Algeciras (1906) Francia hizo reconocer su influencia en la región y un año después desembarcó sus tropas en Casablanca. La invasión culminó en 1912, cuando el sultán aceptó firmar un tratado de protectorado. España administró el Rif, en el norte, y los territorios de Ifni y de Tarfaya en el sur. Francia ocupó el resto del país.
La resistencia del pueblo marroquí obligó a Francia a proclamar la independencia del país en 1956. El mismo año España devolvió el Rif, y en 1958 cedió la parte norte del Sáhara Español. Al morir el rey Mohammed V en 1961 le sucedió su hijo Hassán II, quien, en 1975 se anexionó el Sahara Occidental provocando la reacción del Frente Polisario, que defiende la independencia del territorio con respecto a Marruecos.

 
GASTRONOMÏA: Es una de las más variadas y particulares del mundo árabe. El cuscús, es el plato nacional. Es un guiso de verduras, legumbres, pasas y carne de pollo, vaca o cordero, aliñado con canela y sémola que se cuece al vapor. Tan popular como el «cuscús» es el mechui, cordero asado entero al horno que se come con las manos. La harira, una sopa espesa compuesta por una veintena de ingredientes entre legumbres, verduras, carne de cordero o ternera y especias, aunque se toma todo el año, es un plato tradicional de las cenas del Ramadán. Nunca falta un plato de tajine, carne de cordero, buey o pescado, asada en cazuela de barro con verduras, legumbres, almendras y ciruelas, condimentado con canela o azafrán. Los pinchos morunos, o brochetas, hechas con pollo o cordero asados sobre ascuas y aderezado con especias. La repostería es muy variada y se apoya sobre todo los dulces de hojaldre. Los cuernos de gacela son pasteles rellenos de pasta de almendra, con forma de media luna.

El té a la menta es la bebida nacional en un país donde el alcohol está prohibido. Suele tomarse muy azucarado y lo preparan los hombres. También, son buenos los zumos naturales de naranja.
COMPRAS:Cualquier población dispone de un zoco en el que se vende una gran variedad de productos artesanos. Los objetos de marroquinería o cuero (cazadoras, babuchas, bolsos, carteras, «puf» de piel de gacela, etc.) son los más abundantes.Además, pueden adquirirse chilabas, albornoces, alfombras y tapices o «kilim», teteras y bandejas de cobre, joyería en plata, cerámica, artesanía de madera (cofres pintados, de cedro del Rif, juegos de ajedrez, y pequeños objetos de marquetería, en madera de caoba, nogal, olivo y limonero, elaborados en Tetuán y Fez), fósiles y minerales. El regateo es inevitable. Para llegar a un buen acuerdo con el vendedor lo mejor es ofrecer, como mucho, la mitad del precio solicitado por éste y negociar a partir de esta cantidad. El regateo es todo un arte y para practicarlo hay que tener ante todo, paciencia y habilidad, y no demostrar mucho interés por el objeto. En este caso, el idioma es lo de menos. Los vendedores se encargarán de entenderte, y te hablarán en castellano, catalán, euskera o lo que haga falta.

Visitamos: Tánger, Tetuan, Xaouen, Meknés, Volubilis, Fez, Rabat, Marrakech, Ouzarzate, Tinehir, Erfoud, Casablanca, Asilah, etc.

Marruecos, nuestro vecino del sur, tiene mucho y bueno para ver, y a pesar de que sólo 14 km de mar, nos separan, es un país poco conocido por los españoles. Es muy recomendable visitar este país hermano, al que nos unen tantos lazos históricos, culturales y sociales.

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