Al nordeste de Francia, con casi 200.000 habitantes, a orillas del rio Vesla y a 130 km de París, Reims es la ciudad donde se coronaban los reyes de Francia y donde se elabora el mundialmente famoso vino espumoso, más conocido como champagne o champán.
Dos mil años de densa vida han hecho de Reims una ciudad clave de la historia de occidente.
Ésta es la ciudad donde se coronaban los reyes de Francia, una urbe que muestra al visitante un elenco magnífico de monumentos Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Entre ellos destacan la magnífica catedral gótica y la gran abadía de Saint-Remi, una de las joyas poco conocidas del románico final.
Reims ya era un enclave notable a la llegada de los romanos. Los galos de Rèmes se aliaron con Julio Cesar, y la ciudad quedó transformada en capitalidad de la provincia romana de Bélgica. También tuvo importancia en el momento de la llegada de los bárbaros. Saint-Remi, San Remigio, fue el obispo de Reims que bautizó a Clodoveo, rey de los francos, en la Navidad del 468, acto de consecuencias futuras, pues marcó la tradición de los coronamientos reales en Reims.
En el medievo, los coronamientos en el magnífico templo catedralicio, una joya del gótico, modelo de la catedral española de León, tuvieron una pompa inusitada. Hubo coronaciones de todo tipo, entre las famosas está la de Carlos VII, en 1429, en plena guerra de los Cien Años, con asistencia de Juana de Arco.
Tras el medievo, la ciudad ha pasado por buenos momentos económicos, lo que se traduce en la existencia de excelentes edificios y conjuntos arquitectónicos como el Hôtel de Ville( Ayuntamiento), el colegio de Jesuitas o la Plaza Real.
Aquí ganó Napoleón su última batalla, en 1814, y aquí se firmó la rendición alemana en 1945.
Reims es hoy una ciudad de buena calidad de vida, alegre y abierta, vinculada al arte y a la buena mesa. Es la ciudad de una obra maestra del gótico, de Saint-Remi y del champagne.
En 1991 fueron declarados sus monumentos (la catedral y St. Remis) patrimonio de la humanidad por la Unesco. Es una ciudad poco conocida por el turismo, pero que realmente merece ser visitada.
Hay que visitar:
- La catedral, Notre-Dame de Reims es uno de los grandes templos del gótico. Fue iniciado en 1211, en el estilo marcado en Chartres. Su fachada es excepcionalmente esbelta, de líneas verticales e imponente estatuaria del siglo XIII.
- La Basílica de Saint-Remi es una abadía, fundada en el s. VI. Desde 553 ha conservado las reliquias de San Remigio, un obispo de Reims que convirtió a Clodoveo, Rey de los Francos, a la cristiandad.
- El Palacio de Tau es un palacio arzobispal. Se relaciona con los reyes de Francia, cuya coronación tenía lugar en la cercana catedral de Notre-Dame.
- Otros lugares interesantes:
En su fachada destaca la triple portada, poderosa y solemne, que hace rememorar los momentos en que los reyes de Francia pasaban por aquí para ser coronados.
Toda la estatuaria es interesante, pero entre las piezas famosas del templo está el Ángel Sonriente, de la portada de la portada norte.
En el interior asombra la esbeltez de su estructura. El resultado es que la luz interior de la catedral no es la clásica de los grandes templos góticos.
La maravilla del gótico consiste en que la luz irreal de las vidrieras crea un ambiente interno en el templo que hace que la piedra pierda esa imagen pesada de piedra, lo que hace elevarse al edificio.
Durante la I guerra mundial sufrió daños gravísimos, que han sido reparados y hoy día, conserva todo su esplendor.
Hôtel de Ville. (Ayuntamiento)
El edificio de la municipalidad de Reims fue construido por Jean Bonhomme a partir de 1627, y es un ejemplo típico de la arquitectura civil de su tiempo. En su fachada destaca la figura ecuestre de Luis XIII.
Plaza Real. Diseñada hacia 1760 por Legendre. Integra una serie de edificaciones de notable dignidad y una estatua de Luis XV, de Pigalle.
Museo del Antiguo Colegio de Jesuitas.
En este colegio estudió Colbert. El museo alberga el Planetarium y un famoso reloj astronómico.
Museo de Bellas Artes.
En una vieja sede abacial y con colecciones destacadas de pintura. Destacan obras de Cranach y de Corot.
En gastronomía, aparte del ya citado champán, hay que reseñar la galleta de Reims, pastelito crujiente espolvoreado con azúcar glasé de forma rectangular y de color rosa, que sirve para acompañar a una taza de té o una copa de champán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario