Y esta es la pequeña crónica de mi viaje por Bolivia en agosto de 2011. Un país que es bastante desconocido en el ámbito viajero, pero que después de visitarlo, cambian las impresiones preconcebidas.
Situado entre países gigantes, como Brasil, que le quitó una zona del pantanal tras una guerra, ahora se está “llevando” el gas natural. Chile, le birló su salida al mar. Paraguay le sustrajo parte del Chaco. Perú y Argentina, están ahí al lado, presionando.
Sin embargo, los bolivianos me han parecido gentes amables, hospitalarias, serviciales, que no serviles, humildes, pero a la vez orgullosas de su pasado, de su historia, de su cultura, etc.
Y yo digo como los cantantes cuando les preguntan cuál es su mejor disco, siempre contestan que el último. Para mí, el mejor viaje es el último.
A pesar de que en algunos momentos a causa del frio, de la altura, de las incomodidades, el viaje ha sido duro, hemos disfrutado viendo lugares hermosos, como las misiones jesuíticas, las ciudades de Sucre, Potosí y La Paz, los paisajes del altiplano, las aguas del lago Titicaca y por supuesto, el salar de Uyuni, memorable ver amanecer en este lugar.
Además, he tenido la fortuna de compartir este viaje por Bolivia, con compañer@s y guía magníficos, que me han hecho disfrutar, más aún si cabe , de este periplo americano.
Y por todo ello, a todos los lectores de este blog, sean viajeros o no, les recomiendo vivamente, que si pueden y quieren, viajen a Bolivia, que seguro que no les defraudará.
¡ Adelante, Bolivia !
Que algún día espero que mejoren las condiciones económicas para todos tus pobladores y la vida sea mejor para todos ellos.
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