Líbano cuenta con paisajes naturales y un interior que recuerda mejor los tiempos que pasaron, con sus tradiciones vivas, entre aldeas y comunidades agrícolas. Un buen sitio para explorar el Líbano más auténtico es el Valle Qadisha, un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998 por sus monasterios maronitas en medio de un vistosos paisaje.
El valle de Qadisha, gracias a sus acantilados y paisajes escarpados, sirvió de refugio para los seguidores de la religión cristiana maronita, siendo uno de los únicos monasterios en su tipo en Oriente Medio. Hoy, la zona se puede recorrer entre senderos serpenteantes, ríos y montañas con excelentes vistas. El ecoturismo es cada vez más posible gracias a la aparición de agencias de viajes con paquetes de excursiones por varios días.
El valle de Qadisha es un profundo desfiladero modelado por el río Kadisha y que ofrece rincones a resguardo del asedio por siglos. Por ello, numerosas comunidades monásticas se han asentado en la región. Entre Bsharri y la ciudad de Tourza, se suceden los paisajes más vistosos y pintorescos.
Todo el valle está lleno de cuevas y refugios, utilizados desde hace miles de años. El Valle fue desde siempre tierra de soledad, y sede de refugios monásticos desde los primeros años del cristianismo.
Entre varios grupos cristianos, los maronitas son los más numerosos, pero también hubo jacobitas, o armenios.
Entre los principales complejos monásticos, se destacan los de Qannubin, el de Qozhaya, el de Saydet Hawqa, o el de Mar Sarkis, todos con siglos de historia. Pero hay muchos más, y todos están en funcionamiento. Recorrer el valle de Qadisha, será un modo de acercarnos a algunos de los monasterios cristianos más antiguos del mundo, nada menos.
+ INFO: http://es.wikipedia.org/wiki/Ouadi_Qadisha
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