La única forma de llegar, es a través de coches 4x4, o motos de campo, atravesando numerosas pistas, que aparecen y desaparecen por el desierto. A nuestros pies veremos Erg Chebbi, la gran duna de arena, a la que podemos subir a lomos de un dromedario, y en la que podemos contemplar uno de los atardeceres más bonitos que se pueden ver. Toda una legión de dromedarios tirados por bereberes, suben hasta la cima de esta duna, para observar tan magnífico espectáculo. Un lugar desde luego muy recomendable y que no deja indiferente a nadie.
Al regreso, los camelleros intentarán venderte, y seguro que lo consiguen, piedras fósiles de los restos del mar que un día fue el Sahara.
+ INFO: http://www.kasbahitran.com/kasbah_es/02actividades/merzouga.html
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