La región del Este tiene mucha diversidad. Por un lado están los fiordos profundamente encajados entre altas montañas, abrigando en cada uno un pequeño pueblo y, por otro, las llanuras onduladas del interior —el Hérað— que se unen a las tierras altas al noreste del glaciar Vatnajökull. La distancia es corta entre el bosque y las extensiones desérticas frecuentadas por los renos. La presencia humana es rara, para gozo de elfos, trolls y otros seres sobrenaturales. Para los excursionistas, también, se trata de un reino encantado.
En el Este de Islandia, el visitante se sorprenderá por la variedad y los contrastes del paisaje. Aquí encontrará desde impresionantes fiordos hasta simpáticos y tranquilos pueblos pesqueros, desde fértiles y boscosos valles hasta fenómenos geológicos únicos. Y como telón de fondo, impresionantes montañas y – más allá – el glaciar Vatnajökull.
Los Fiordos del Este constituyen un magnífico paisaje de fiordos largos y estrechos, montañas escarpadas y picos recortados. Ésta es, geológicamente, una de las zonas más antiguas del país, esculpida por los glaciares de la edad de hielo. La acción glacial dejó a la vista las bolsas de magma que se encontraban a 3 km de profundidad donde se habían formado vacuolas rellenas de zeolitas. Estas hermosas rocas se pueden apreciar a lo largo del litoral, por ejemplo en Teigarhorn. A poca distancia de la costa hay islas que se pueden visitar en barco.
En los Fiordos del Este hay numerosos puertos naturales, que dieron lugar, a finales del s. XIX, al nacimiento de varios núcleos de población; la mayoría persiste todavía. Estos municipios tienen un encanto especial, subrayado por festejos anuales. Varios museos de los Fiordos testimonian diferentes aspectos de la historia local: La II Guerra Mundial, la época de los pescadores franceses en aguas islandesas hace un siglo, u obras de arte y útiles tecnológicos. Otras exposiciones ponen el acento en la naturaleza, los bellos minerales de la región y los renos que deambulan por las tierras altas del Este.
En pocas partes de Islandia, el hombre percibe tan nítidamente su pequeñez como en las proximidades de Vatnajökull, el mayor glaciar de Europa. Aquí todo es a lo grande: los grandes casquetes glaciales recortados contra el cielo, las ciclópeas montañas y las huellas de las fuerzas telúricas debajo.
Vatnajökull es el mayor campo de hielo de Islandia y uno de los mayores de Europa. Sus dimensiones son aproximadamente de unos 150 km de este a oeste y de unos 100 km de norte a sur.
El espesor promedio del hielo es de unos 400 m, llegando a un máximo de 1000 m. El volcán más elevado de Islandia, Hvannadalshnjúkur (2100 m) está localizado en la periferia Sur del campo de hielo, cercano al Parque Nacional Skaftafell, el segundo más grande de Islandia.
Una gran parte de su población vive en pueblecitos a lo largo de la costa recortada por los fiordos. Sin embargo, Egilsta_ir, su centro administrativo regional, se emplaza muy tierra adentro cerca de Hallormssta_arskógur, un sorprendente bosque en un país prácticamente desierto de árboles. El puerto de Höfn, en el extremo suroriental es otro pueblo de importancia. Muy cerca se encuentra otra de las atracciones más destacadas de la zona suroriental: la laguna glaciar Jökulsárlón, célebre por sus excursiones en barca entre los icebergs que se van desgajando de la masa helada. Jökulsárlón es el glaciar más accesible, ya que se puede llegar a pie hasta su orilla y tocar los icebergs.
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