Las ballenas en Islandia se pueden observar desde varias zonas de la isla. Los puntos de salidas más interesantes para avistamiento de ballenas son Húsavík y la capital Reykjavík.
A lo largo de toda la costa de Islandia viven muchas especies diferentes de delfines y ballenas, cuyos espectaculares saltos e inmersiones submarinas pueden ser vistos después de un corto viaje en barco desde el puerto de Husavik.
Islandia es pura naturaleza y el lugar idóneo para ver ballenas y delfines. Husavik, uno de los pueblecitos pesqueros del norte de Islandia al borde de la bahía de Skjalfandi, conocido también como la capital las ballenas, es uno de los lugares desde donde podemos coger un barco y adentrarnos en el hábitat natural de los cetáceos.Nosotros, salimos desde el fiordo Eyjafjordur, paralelo al fiordo de Husavik, desde el pueblo de Hauganes, a unos 30 km. de Akureyri.
La época perfecta para comenzar a ver ballenas en Islandia es entre mayo y septiembre. Durante este tiempo podremos disfrutar de hasta 23 tipos de ballenas que recorren la costa de Islandia. La probabilidad de ver ballenas y delfines en una de las excursiones con barco es de un 98%. Tuvimos suerte y pudimos verlas. Embarcamos en el Sandvik, un barco pesquero de 43 toneladas, con casco de acero fabricado en Isafjordur en 1996. Nos vestimos de “Capitán Pescanova” para cumplir con las normas de seguridad navegatoria.
Bajo el mando del capitán Nielsen, nos adentramos en el fiordo. Con unas sencillas explicaciones de lo que podíamos avistar y unos consejos para el mareo. Una marinera se subió a lo alto de un mástil, desde el cuál nos indicaba dónde nadaban las ballenas. Vimos bastantes e incluso, se pudieron tomar buenas fotos. Había café y zumos y unas pastas para amenizar la travesía.
Después del éxito con las ballenas, tuvimos otra experiencia sorprendente, la pesca del bacalao. Lanzando las cañas y sin cebo, sólo con unas figuritas de plástico fosforito y varios anzuelos limpios, se pescaban bacalaos fácilmente.
Al llegar a puerto, el dueño del barco nos invitó a un aperitivo de brevinín, el licor islandés y pudimos charlar con él.
La jornada del avistamiento fue muy agradable, hacía buen tiempo, el mar estaba tranquilo y pudimos avistar, que era nuestro objetivo.
Por la tarde nos fuimos a Glaumbaer, Museo Etnográfico de Skagafjördur
Es visita obligada la granja Glaumbær o Museo Etnográfico de Skagafjörður, centrado en las viejas granjas de turba y la forma de vida rural de los granjeros de los siglos XVIII y XIX. Para el armazón y el revestimiento de la casa, como en Islandia no había más madera que la que llegaba a la deriva sobre las olas, se utilizaron piezas de césped seco colocados de formas variadas y la falta de piedra obligó al uso de turba como alternativa y de lava, en otras.
La serie de seis casitas adosadas que mira al sur está unida por un corredor central que evita salir al exterior cuando la nieve alcanza una gran altura. A su vez, desde estas dependencias se accede a las cuatro largas naves construidas detrás. Cada edificio tiene su dedicación específica.
Más información en: http://whales.is/home/
http://blogspot.com.es/2011/12/museo-de-patrimonio-skagafjordur-granja.
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