Delfos, el oráculo más famoso del mundo, se halla en la Grecia central, a 600 mts. sobre el nível del mar y al pie del monte Parnaso. Se erigió un templo del dios Apolo y los hombres, reyes y campesinos, griegos u orientales, acudían al lugar, para averiguar, por medio de la pitonisa, lo que les deparaba el destino. Miles de personas en peregrinación esperaban el trance que revelaba la palabra divina. Era tal su influencia, que se decidían las guerras, incluso algunos imperios se desplomaron por hacer caso omiso.
Según la mitología, Zeus soltó dos aguilas desde los extremos de la tierra y se cruzaron en Delfos, señalando el centro del mundo. Allí fue colocada una piedra, el onfalos -el ombligo del mundo- simbolizando el centro del universo. Otra leyenda, cuenta que Apolo, hijo de Zeus, mató a una serpiente llamada Pitón y asentó su oráculo en el lugar, colocando a una sacerdotisa (la Pitonisa) como medium para responder a los visitantes.
La primera pitonisa fue Sibila y su nombre se generalizó para esta profesión.
Nos vamos de Olimpia y abandonamos el Peloponeso por el puente Río-Antirio, gigantesca estructura de 2.252 mts. de largo y 28 mts. de ancho, que une la península con la Grecia central.
Hacemos una parada en Naupaktos, más conocido como Lepanto, donde tuvo lugar la batalla de su mismo nombre, enfrentándose una coalición cristiana (España,Venecia y la Santa Sede) contra los otomanos. En esta batalla participó Miguel de Cervantes, que resultó herido y perdió la movilidad de su mano izquierda. Una estatua, escrita en español, deja constancia del hecho.
Hoy día, es un pequeño puerto muy turistíco.
Dejamos la costa y vamos ascendiendo, entre campos de olivos, hasta llegar a Delfos.
Visitamos las ruinas: Templo, teatro, oráculo, estadio de juegos píticos y el museo, que contiene importantes restos arqueológicos.
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