Ciudad del Cabo es el destino más turístico de Suráfrica. Con un puerto natural, la Table Mountain (montaña de la mesa) y su cercanía al Cabo de Buena Esperanza, donde se unen los océanos Indico y Atlántico. Además, cuenta con un magnífico jardín botánico, donde se cultivan muchísimas especies de flores, una zona próxima de viñedos (los vinos surafricanos son bastante buenos) y unos de los mejores paisajes que para algunos, es de las ciudades más hermosas del mundo.
Era un puerto de avituallamiento para los holandeses en su camino hacia sus colonias asiáticas. Los ingleses, se quedaron con este puerto neurálgico y hoy conviven tres millones de habitantes en la ciudad: 48 % mestizos, 30 % negros, 18 % blancos y 4 % asiáticos.
Cape Town (en inglés) fue la cuna del apartheid (segregación racial), siendo famoso el caso del Districto 6, donde 60.000 personas fueron desalojadas de sus casas, declarando la región "sólo para blancos".
El centro de Ciudad del Cabo se sitúa en el extremo norte de la Península del Cabo. El Monte Mesa forma una depresión hacia la cuenca del la ciudad, con su meseta de un kilómetro de altura, está rodeada de acantilados casi verticales, el Pico del Diablo y la Cabeza de León. Para subir a su cima hay un teleférico, desde donde se tiene una buena panorámica de la ciudad.
En los alrededores, está el Cabo de Buena Esperanza (Cape of Good Hope, en inglés), mítico lugar, donde los marinos llegaban tras rodear África y navegaban rectos hacia la India. Aunque, geográficamente, el punto más meridional africano, es el Cabo Agujas, pero para el turista, siempre será el Cabo. Con unos enormes acantilados, un faro y un museo, hoy día, es punto de visita obligada para los viajeros. Link: http://www.capepoint.co.za/
Llegamos a Cape Town y nos alojamos en Train Lodge, unos viejos vagones de tren, habilitados como habitaciones con literas, aseos y restaurante, que tenía su encanto y muy cerca de la estación central de trenes.
Visitamos la ciudad, viendo la calle Hersey, rua central y comercial, la catedral, el parlamento y el barrio malayo, con casas de madera de colores.
Fuimos a cenar al Waterfront, junto al puerto lleno de restaurantes y discos, en el Quai Four, donde nos dimos un homenaje en forma de mariscada. Luego, a La Cantina, una discoteca mejicana, con mucha marcha y chicas con ganas de entablar "amistad".
Al día siguiente, visitamos Table Mountain, un pueblo pesquero de los alrededores, el Cape Point (el cabo de Buena Esperanza). Nos fuimos a comer y a un mercadillo de artesanía.
Últimas compras en Ciudad del Cabo y al aeropuerto, que volábamos por la noche.
Y aquí termina el relato de mi viaje por África Austral.
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