El Día de la Independencia de Indonesia (17 de Agosto) o Merdeeka Day, como dicen ellos, pasamos de Java a Bali en ferry tras 1 hora de viaje. Entramos por el sur de la isla, visitamos un templo y llegamos a Ubud. Nos alojamos en el hotel , algo decepcionante, teniendo en cuenta la gran cantidad de hoteles buenos que hay en Ubud. Por la tarde, visitamos el Monkey Forest, con los monos deambulando libremente por el recinto y con un par de templos interesantes. Terminada la visita, nos fuimos a la calle más c
En la vertiente meridional del volcán, junto a la carretera que va de Selat a Amlapura, y en la que desciende hacia Klungkung, hay unos arrozales preciosos. La pendiente de la montaña complica la vida a los agricultores y obliga a crear un complejísimo sistema de terrazas y canales de irrigación. Fue nuestro primer contacto con los arrozales, que nos encantaron por su verdor y el ingente trabajo de sus hacedores. Fuimos a comer a un restaurante turístico, de buffet libre, donde pudimos probar algunas de las especialidades balinesas, el cerdo y el pato asado, los postres, todos ellos regados con la excelente cerveza Bintang.
Por la tarde, visitamos una plantación de especias, viendo la vainilla, el clavo, el cardamomo, etc. Nos dieron a probar el café con ginger. Nuestro chófer-guía que era todo un filosofo, pese a su juventud, nos decía: Papa, ginger... mama, happy. Aludiendo a las virtudes afrodisíacas del ginger.
Para terminar, nos fuimos a Tanah Lot, a disfrutar de la puesta de sol .Probablemente sea el lugar más visitado de Bali. Está ubicado sobre un peñasco y unido a la costa por un tómbolo, su estructura elegante con múltiples tejaditos es una de las esencias de la isla. Es sagrado y el acceso es restrigido, pero puedes pasear por el borde del mar o por lo alto del precipicio cercano, donde hay numerosos bares para disfrutar del panorama.
Regresamos a Ubud y cenamos en el Restaurante Casa Luna, que estaba bastante bien.
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