Irán, de nombre oficial República Islámica de Irán, fue conocido hasta 1935 con el nombre de Persia.
Irán es un país asiático que se encuentra situado geográficamente entre el mar Caspio por el norte y el Golfo Pérsico por el sur, encontrando así su salida natural al mar, en una zona árida dominada por montañas y desiertos.
Su relieve está configurado por dos grandes cordilleras, al norte, los montes Elburz, forman una gran barrera natural frente a la costa del mar Caspio, el pico más alto de Irán, es el monte Damavand con 5.604 metros.
La llanura del Caspio que se sitúa entre el mar y las montañas Elburz es la única región de Irán densamente cubierta de zona boscosa. Al sur de esta zona se encuentra la capital, Teherán.
Al oeste y al suroeste se encuentran los montes Zagros, una prolongación de la cordillera turca del Tauro. Esta zona contiene los campos petrolíferos más ricos de todo Irán.
El interior del país está formado por un conjunto de elevadas altiplanicies conocidas en conjunto como meseta de Irán y correspondientes a una antigua cuenca marina con abundantes lagos y pantanos salados entre los que se extienden zonas de desiertos áridos.
Este paisaje montañoso incluye dos vastos desiertos prácticamente inhabitables, el Dasht-e Kavir y el Dasht-e Lut, que en conjunto ocupan una superficie cercana a los 100.000 kilómetros cuadrados.
El país tiene una superficie de 1.648.195 km2 y una población superior a setenta millones.
En historia, Irán es uno de los países más antiguos del mundo, con una historia que se remonta a 5000 años antes de nuestra Era. n el siglo VIII a. C., los medas consiguieron rechazar a los asirios y se hicieron con el control de Irán fundando el primer imperio iraní que descansaba en una serie de reinos. Hacia el año 550 a. C. los persas, que estaban bajo dominio meda, comandados por Ciro II, se levantaron y sometieron a los medas reuniendo a ambos pueblos bajos su centro. La dinastía aqueménida, fundada por Ciro el Grande, inició su periodo de poder, y en apenas 20 años conquistó todo el Asia Menor, las ciudades griegas de la costa del Egeo y Babilonia.
Durante el reinado de Ciro el imperio persa se extendió desde el Mediterráneo hasta el río Indo, en el sur de Asia, y desde el mar Caspio hasta el Océano Indico. Su hijo Cambises añadió Egipto a los territorios conquistados, forjando, de esta manera, el mayor imperio conocido hasta entonces en el mundo oriental y mediterráneo.
Con los griegos tuvieron las Guerras Médicas.
Los persas quisieron aprovechar las discordias entre espartanos y atenienses para afianzar su dominio sobre las ciudades jonias de Asia Menor y atacaron a los griegos, quienes rechazaron el avance persa derrotándolos en la batalla de Maratón.
Diez años más tarde, los griegos volvieron a derrotar a los persas del ejército de Jerjes, hijo de Darío, en Salamina. Finalmente, Alejandro Magno destruyó el gran imperio creado por Ciro saqueando Persépolis, su deslumbrante capital.
Tras la muerte de Alejandro, uno de sus generales, Seleuco, fundó una nueva dinastía: los seleúcidas, que controlaron Irán hasta el 250 a. C., fecha en que los partos, tribu escita, derrocaron a los gobernantes griegos creando un Estado que enlazaba con la tradición del imperio persa. El dominio parto duró hasta el 224 a. C. En esta fecha la dinastía sasánida resucitó el poderío persa, iniciando un periodo de más de 400 años de dominio imperial en constante lucha con los romanos. Durante este periodo la doctrina de Zoroastro se convirtió en religión oficial del Estado.
Irán cayó en poder de los árabes en el año 634, quienes llegaron a dominar el país durante más de 200 años. Bajo la influencia islámica se produjo un considerable florecimiento de las artes, la ciencia y la cultura, y se construyeron muchos de los mejores monumentos arquitectónicos de Irán.
En 1220 los mongoles mandados por Gengis Khan invadieron Irán, acabando definitivamente con el poder árabe. Los mongoles formaron una dinastía que perduró hasta el siglo XVI.
En 1722 se produjo una invasión afgana, expulsada posteriormente por Nadir Sha, que inició una nueva era de conquistas ocupando Afganistán y llegando hasta Delhi, en la India. Durante el siglo XIX Gran Bretaña y Rusia compitieron por el dominio sobre Irán, quedando el país bajo la influencia económica inglesa.
En 1921, en pleno fervor nacionalista, un oficial del ejército, Reza Khan, tomó el poder derrocando a Ahmad Sha y autoproclamándose sha. Así inauguró en su persona la dinastía Pahlevi.
El nuevo sha, en contra de los poderosos líderes chiís, abolió antiguas tradiciones en un intento de modernizar el país. Durante los años sesenta y setenta continuaron los intentos de occidentalización del país con la oposición de los musulmanes chiís. En 1979 el Sha fue obligado a abandonar el país, y el ayatolá Jomeini, jefe espiritual de los chiís, regresó del exilio tomando el poder y proclamando la República Islámica.
Desde 1980 hasta 1988 Irán mantuvo una guerra con Irak por el estrecho de Chatt el-Arab. En la actualidad, aunque el islamismo sigue siendo el punto de referencia sobre el que gira toda la vida política, social y cultural del país, la moderación del original fundamentalismo revolucionario ha generado que el país sea algo más permeable al exterior y en especial al turismo occidental.
En cultura, Irán fue la cuna de Zoroastro, impulsor de una de las religiones más antiguas del mundo, y también de pensadores como Avicena y Alfarabi, filósofos musulmanes cuyas traducciones de los clásicos griegos abrieron nuevas puertas a los estudiosos occidentales. La poesía clásica persa representa una notable contribución a la literatura mundial. Irán cuenta con algunos de los mejores ejemplos de arquitectura religiosa de todo el mundo.
Irán es uno de los pocos países cuyo gobierno es una teocracia, el poder recae sobre los líderes religiosos. De religión islámica chiita, una rama que agrupa a los seguidores de Alí, primo y yerno de Mahoma. También, están toleradas, las religiones armenias, zoroastros y judíos.
En mi viaje por Iran, abril de 2011, visité Teherán, Shiraz , Persepolis, Pasagarde, Yazd, Naim, Isfahan, etc. y la impresión personal es que resulta ser un país sorprendemente agradable por sus gentes, sus monumentos, su cultura, etc. y que cambia la imagen predeterminada que tenía de él.
Por lo que recomiendo viajar a este país, que te sorprenderá y entusiasmará sin ninguna duda.
+ INFO: http://www.iransara.es/