Estrecha calle Pontocho
Esta vía repleta de buenos restaurantes, es el punto escogido por muchos de los más importantes hombres de negocios de la ciudad para cenar y disfrutar de la compañía de Geishas, es por ello que es frecuente , se dejen ver por esta zona.
Pontocho se ha convertido en un sitio indispensable para los visitantes que abundan por la ciudad y la verdad que es como transportarse a otra época, donde la tranquilidad y la tradición se mezclan de manera sublime.
Los farolillos y las telas nos reciben en las entradas de las casas de Té y restaurantes mostrándonos el ambiente mas cultural de Japón.
Restaurante tradicional
La calle Pontocho se recorre en pocos minutos de norte a sur y transcurre paralela al río, por lo que situarse resulta de lo mas sencillo.
Pasear por esta calle suele combinarse con un paseo por el distrito de Gion, especialmente al atardecer ya que son los puntos principales a los que se tiene que acudir si uno quiere ver en persona a una Geisha. Nosotros, no vimos nunguna en ese momento.
Paseo por el Río Kamo: Caminar por la orilla del río es un atractivo de Kioto para ver los farolillos y las casas tradicionales de la ciudad. El kamo (rio) Gawa , en su paso por la ciudad de Kioto , nos deja imágenes magníficas en alguno de sus tramos.
Los farolillos y luces de las casas tradicionales de la ciudad , reflejados en el río forman parte del embrujo de la población. Y las puestas de sol:
Al día siguiente, nos fuimos al Castillo de Nijo: El estilo ostentoso de este castillo, tenía la intención de demostrar el prestigio del Shogun Tokugawa Ieyasu. Esta era la residencia de los shogunes Tokugawa que gobernaron Japón durante más de 200 años (entre 1603 y 1868). En su interior encontramos recreaciones de la vida de sus habitantes en el periodo Edo. También obras maestras del arte japonés como los biombos pintados de la cámara principal o las tallas de madera.
► El Palacio Imperial era desde 1331 la residencia oficial de los emperadores de Japón hasta la restauración Meiji. Con el cambio definitivo de la capitalidad del país a Tokyo la residencia de los emperadores cambió de lugar. Como muchos de los edificios de Japón ha sido reconstruido en varias ocasiones.
La visita es exterior para entrar al edificio hay que pedir un tour (gratis) a través de su página web.
Después, al Templo de Kinkaku-ji, llamado así por su color dorado sobre el lago.
El Kinkakuji (金閣寺), Pabellón Dorado o Pabellón de oro en español, es uno de los templos más famosos de Kioto y visita obligada a cualquier turista que esté por la ciudad.
Es un templo zen situado al norte de Kioto que tiene la particularidad de tener las paredes exteriores de las dos plantas superiores recubiertas con pan de oro. El templo es tan absolutamente espectacular que no sorprende nada que fuera designado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994 y como Monumento histórico de la antigua Kioto. Al entrar en el recinto del templo, se encuentra con el estanque llamado Espejo de agua (Kyoko-chi). El estanque está repleto de islas, piedras y pinos de estilo japonés que representan capítulos del budismo nipón, y al fondo el único edificio visible: el impresionante templo de oro cuyos tonos dorados se reflejan preciosamente sobre las aguas del estanque.
Otro templo más, el de Ryoan Ji, que destaca por sus jardines zen. Los jardines japoneses se componen principalmente de arena y rocas. Estos jardines de basan en el principio de la belleza de lo sencillo, tuvieron un importante desarrollo en Japón en los siglos XIV-XV y actualmente constituyen un importante patrimonio cultural del país.
El templo fue contruido en 1450 por Hosokawa Matsumoto, lugarteniente del shogun de Ashikaga y algunos años más tarde en 1499 fue construido el jardín por un monje de ese shogun.
Está compuesto por 15 rocas en un espacio de 248 m2. El diseño del jardín es todavía un misterio, hay teorías que indican que las rocas simbolizan islas en el océano, o montañas en un mar de nubes. La belleza del lugar invita a la imaginación y libre interpretación del visitante.
El jardín japonés de Ryoan-ji fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1994.
Otro día más en Kioto y nos vamos a Arashiyama (嵐山) que es un precioso destino turístico al oeste de la ciudad, especialmente conocido por su bosque de bambú y sus templos, aunque nos ofrece muchas más opciones de turismo, ocio y entretenimiento. Hay que:
- Visitar el templo Tenryuji, uno de los cinco templos zen más grandes de Kioto y, sin duda, el templo más impresionante de Arashiyama
- Pasear tranquilamente por el famoso bosque de bambú de Arashiyama, uno de los puntos clave de la visita a esta zona de la ciudad. Lo de tranquilamente, es un decir, porque lo normal es que esté muy lleno de gente. Desde aquí nos queda muy cerca el pequeño santuario Nanomiya, relacionado con el Gran Santuario de Ise y que alberga alguno de los festivales más importantes de la ciudad.
- pasear por la calle tradicional Saga-Toriimoto que está repleta de machiya o casas tradicionales de Kioto reconvertidas en tiendas y restaurantes. Al final de la calle, visitar el templo Adashino Nenbutsuji repleto de centenares de estatuas de piedra en honor a las almas de los muertos.
- Tomar un helado de matcha o un donut de tofu en alguna de las cafeterías y pastelerías del centro de Arashiyama.
Fue construido en 1474 como retiro del shōgun Ashikaga Yoshimasa, quien quiso imitar la belleza del templo Kinkakuji, todo recubierto de láminas de oro, que había construido su abuelo años antes en la zona norte de Kioto. Pero el shōgun no pudo recubrir el templo de láminas de plata, como era su intención, así que a pesar de que el nombre se mantiene, la plata brilla por su ausencia.
El espectacular jardín seco de arena blanca, conocido como ‘Mar de arena plateada’, es otra de las fotografías más buscadas por los visitantes al Ginkakuji. Con su enorme cono de arena, que recibe el nombre de ‘Plataforma de observación de la luna’, el jardín precioso y combina muy bien con la belleza silenciosa del Ginkakuji.
El Ginkakuji es menos ostentoso que su predecesor Kinkakuji, pero tiene una belleza especial que ha hecho que forme parte de la lista de Monumentos históricos de la antigua Kioto (conformada por las ciudades de Kioto, Uji y Otsu) todos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Otro día más en Kyoto, para visitar el templo de Fushimi Inari, el templo de las 10.000 puertas en Kioto.Es un santuario Sintoista, que es la religión nativa de Japón y la que cuenta con más fieles en la actualidad. La entrada y el templo inferior se divisan desde la salida de la estación de tren de la línea JR.
Inari es el dios del arroz y por consiguiente el patrón de los comerciantes, ya que en la antigüedad se asociaba tener una buena cosecha de arroz con tener prosperidad en los negocios. Y esto explica una de las características del santuario que más llaman la atención: los miles de torii (puertas) que encontramos uno detrás de otro, por sus 4 kilómetros de caminos, que casi parecen formar un pasadizo techado y que han sido donados por comerciantes que ponen sus nombres en los torii para que el dios Inari les sea propicio.
A pesar de que el templo es muy conocido y visitado en japón, Inari se hizo más que famoso a raíz de la película Memorias de una Geisha, en la que una de las escenas más famosas se desarrolla precisamente aquí.
Muy atestado de visitantes, el camino son 4 kms. hasta el último torii, al pie de la montaña. Con muchos santuarios y tiendas de amuletos, de refrescos, que hacen más llevadero el paseo.
Por la tarde, nos fuimos al Paseo del Filósofo, un camino de unos dos kilómetros que bordea un canal que discurre entre cerezos, templos, santuarios y tiendas de recuerdos, dulces y artesanía.El camino recibe su nombre en referencia a Kitarō Nishida, un célebre profesor de filosofía del siglo pasado que recorría este camino para inspirarse y meditar. El camino comienza cerca del templo del pabellón de plata, y acaba en el templo Eikando Zenrin-ji, Hacer este paseo es una delicia en cualquier época del año, pero las primeras semanas de Abril es sencillamente impresionante:Estas semanas es cuando florece el cerezo y el camino deja de ser filosofía para convertirse en poesía.
Éste hermosísimo camino, situado en la parte Este de la ciudad, trascurre paralelo a un canal de agua al pie de las montañas Higashiyama y a su paso se encuentran algunos de los templos más bonitos de Kioto. De hecho, el Paseo del Filósofo, conecta dos de los tempos más conocidos de Japón: el Ginkaku-ji (Templo del Pabellón de Plata, 銀閣寺) y el Nanzen-ji (Monasterio Zen del Sur, 南禅寺), un par de kilómetros al sur.
Y esta es la reseña de nuestra estancia en Kyoto, el corazón del Japón. Una ciudad que tiene mucho por ver y a la que se puede volver.
+ INFO: https://www.turismo-japon.es/descubrir-japon/japon-por-zonas/kansai/excursiones-en-kansai/kyoto-to/kyoto
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