Dubrovnik, la llamada "Perla del Adriático" es una ciudad costera al sur del país.
Fue un estado libre, la República de Ragusa, y pactando unas veces con los venecianos, otras con los turcos, se mantuvo independiente hasta 1808, que fue ocupada por las tropas napoleónicas.
Luego, perteneció a Yugoslavia, hasta que en 1991 se creó el estado de Croacia. Fue bombardeada por los serbios y la Unesco ha reconstruido la arquitectura original. Su casco histórico es patrimonio de la humanidad.
La muralla rodea la ciudad y es el mejor observatorio para verla desde las alturas.
Ciudad con mucho encanto, para visitar: Conventos góticos de los franciscanos (con una de las farmacias más antiguas de Europa) y de los dominícos, iglesias barrocas de la Catedral y de San Blas, calles Stradum y la Placa, centro de la ciudad, palacio de los Rectores (con el museo de la historia de Ragusa).
En Dubrovnik se habla un dialecto parecido al italiano, fruto de su larga permanencia al Ducado de Venecia.
Las calles están llenas de cafés con terrazas, repletas de turistas y nativos, que se sientan a charlar y ver la puesta de sol. Por la noche, hay ambiente con pubs que tienen música de jazz.
Comimos una pizzetta, variedad del país y de postre, un dulce típico.
Por la tarde, tomamos un barco y nos fuimos a Cavtav un pueblecito costero en un bello emplazamiento y con puerto de pescadores.
Más información en: http://www.croatia.hr/English/Destinacije/Destinacija.aspx?idDestination=29