Isfahán, una de las ciudades más bellas del Oriente, situada en el centro de Irán, posee una extensa variedad de magníficos monumentos históricos de distintas épocas. A lo largo de la historia, ha sido uno de los principales centros de las rutas comerciales de Irán.
Desde la época de los Aqueménidas (550 aC -331 aC), Isfahán fue una de las ciudades preferidas por los reyes, y ya en el siglo V aC la convirtieron en una de sus residencias estivales.
El amor real por la ciudad se mostró especialmente con el monarca safávida Sha Abbas (1587-1629), al que se deben numerosas obras de sabor artístico e histórico. Viajeros de aquella lejana época describieron a Isfahán como la ciudad más próspera y moderna del mundo con cerca de un millón de habitantes. Fue llamada “la mitad del mundo”. Desde entonces, y pese a la pérdida de la capitalidad, la ciudad ha seguido siendo una atrayente urbe que ha seducido a poetas y viajeros.
Isfahán disfruta de un clima benigno, con un periodo agradable que va de Mayo a Septiembre. Con un millón y medio de habitantes, es la tercera ciudad más importante del país.
A visitar:
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La Plaza de Naqsh-e Jahan: Se trata de una de las plazas más grandes y espectaculares del mundo, construida a principios del siglo XVII, durante el reinado del emperador safavida Shah Abbas. Los monarcas safávidas utilizaban la plaza como campo de polo. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1979.
Tiene forma rectangular (510 m de largo por 165 m de ancho) y está bordeada por una serie de galerías porticadas de dos plantas donde se distribuyen numerosas tiendas de artesanía y almacenes. Hay calesas de caballos que dan vueltas a la plaza. Por su belleza artística y su historia, es una de las visitas imprescindibles en Irán
- El palacio Ali Qapu, en el lado oeste, es sin duda una obra maestra del período safávida. Tiene seis pisos y alcanza una altura de 48 metros. Cada planta posee un estilo de decoración propio, destacando la riqueza decorativa, escayola, mosaico y madera.
El amplio vestíbulo de recepción tiene capacidad para unas 200 personas y está delicadamente decorado con relieves policromados. Las habitaciones tienen muchos elementos de interés, en los detalles de acabado y dibujo. Desde él se gozan de excelentes vistas hacia la Plaza de Naqsh-e Jahan.
- la mezquita del sheij Lotfollah, frente al palacio anterior, en el lado este. Esta joya arquitectónica fue construida por el monarca Sha Abbas I entre 1602 y 1618. Tiene una estructura muy diferente a la de cualquier otra mezquita iraní, pues no tiene ni patio, ni minaretes. Entre la belleza decorativa hay que situar los colores azul, turquesa y rosa sobre fondos amarillos de la fachada. La sala de oración es de planta cuadrada, con un lujoso mihrab de mosaicos y con una gran cúpula circular decorada con lujosos azulejos.
- la mezquita del Imam, al sur, con su impresionante cúpula y sus alminares revestidos de loza. Se trata de una obra maestra de la arquitectura mundial, Antiguamente se le llamaba mezquita Real (Shah).
Construida entre 1612 y 1638. El refinamiento de su decoración es magistral y muestra la plenitud de la policromía safávida. La mayor parte del edificio esta cubierta por azulejos esmaltados, en los que se reitera la poética admiración persa hacia las flores. La cúpula es notable, por su colorido y elegancia decorativa.
- Palacio Chehel Sotum o de las 40 columnas.Se trata de uno de los mejores exponentes de la arquitectura real persa. Fue construido por Sha Abbas II en el final del período safávida. Era el lugar de recepción de delegaciones extranjeras, en su ancho pórtico. Se alza en medio de un gran jardín. El pórtico principal está sostenido por veinte columnas de madera pero ampliadas por el reflejo del estanque situado frente a él. Por este motivo es conocido como “Palacio de las cuarenta columnas.
- Catedral armenia de Vank: Es la iglesia armenia más importante de todo el país. Su estilo es una mezcla de arte iraní y arte renacentista italiano. Además del templo, el conjunto catedralicio está formado por un museo, oficinas y la casa del arzobispo de Isfahán.
- Los puentes de Isfahán: La ciudad tiene fama también por sus puentes, destacando el Si o Se Pol, con 33 arcos, fue construido por orden de Sha Abbas I en 1602. Es uno de los símbolos de Isfahán. Y el Puente Khaju , del 1650, con 132 metros de largo. En el piso inferior existe una curiosa casa de té, al lado mismo de la corriente del río Zayadeh.
- El Gran Bazar, situado al norte de la Plaza de Naqshe-e Jahan, está formado por una sucesión de galerías cubiertas con cúpulas redondas donde se confunden callejones, patios, caravanserais, galerías, talleres…, a lo largo de unos cinco kilómetros. Allí destaca la artesanía de oro y plata, esmaltes, alfombras, latoneros, antigüedades, pintura en miniatura y objetos con incrustación. El Bazar de Isfahán goza de renombre y es uno de los más bellos y tradicionales del oriente. Uno de los placeres en cualquier visita a la ciudad de Isfahán es perderse por sus callejones del bazar, el mundo único de los colores, los sabores, los aromas y los sonidos. Hay que probar los pistachos, los dulces y los helados.
Mezquita del Viernes: La Mezquita Mayor o del Viernes de Isfahan es la mezquita monumental más antigua de la ciudad. Se oculta dentro del dédalo de calles y callejuelas del bazar en la parte vieja, pero una vez franqueados sus portales, es posible captar las perspectivas de sus inmensas interioridades, en las que las distintas épocas y periodos artísticos de la historia de Irán han ido dejando sus huellas, convirtiendo al edificio en un auténtico tratado de arte y arquitectura iraníes.
Todo el complejo religioso se articula en torno a un gran patio central rectangular, con sus iwanes (torres con cúpulas) en mitad de los cuatro lados, con dos estanques, uno cuadrado y otro polilobulado.
En las distintas salas de oración hay mihrabs riquísimamente trabajados en estuco, y paneles de cerámica vidriada y policromada. Las numerosas salas hipóstilas (una de ellas, la Sala de Invierno, de época timúrida, carece de columnas propiamente dichas, al llegar la curva de sus bóvedas de arista hasta casi el nivel del suelo) muestran más de un centenar de cúpulas de ladrillo diferentes entre sí, y diferentes al tipo omeya primitivo.
- Jardines del hotel Abbasi. En pleno centro de la ciudad se puede visitar el jardín del hotel Abassi, , uno de los mejores hoteles de la ciudad. El hotel ocupa la estructura de un antiguo caravanserai del siglo XVII.
Y para finalizar nuestra visita en Isfahán, nos fuimos a una casa de té, junto a la plaza Real. Cerca del bazar hay una tetería muy curiosa y tremendamente recargada, con un ambiente mucho más iraní y donde podrás fumar un narguile. Se llama Azadegan Tea House.
+ INFO: http://www2.irna.ir/occasion/turismo-en-iran/ostan/Isfahan/Isfahan_Atractivos.htm
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