El palacio minoico de Knossos (o Cnosos) es una de las metas turísticas de Creta y destino imprescindible en nuestra visita a la isla.
Tanto si somos apasionados de la historia, como amantes de la cultura griega clásica, o del arte sin más, los restos de la gran ciudad cretense, villa y palacio del rey formaron parte de la ciudad más importante de la cultura minoica. Las piezas murales y esculturas que podemos visitar principalmente en el museo arqueológico de Heraklion, son únicos en su especie, y especialmente visuales.
El yacimiento es sin duda el más visitado por los turistas, y dependiendo de la época del año hay que armarse de algo de paciencia para entrar o para ver con calma algunas de las zonas más apreciadas como la Sala de los Delfines, o el salón del Trono del rey.
El esplendor de la cultura minoica se puede medir con el mayor de edificio que alzaron, que ocupaba 17.000 m² y albergaba alrededor de 1.500 estancias. Los reyes minoicos lograron crear en Knossos un centro de poder político, administrativo, comercial, y también religioso.
El palacio se levanto hacia el 2.000 a. C, y tres siglos después sufrió el terremoto que diezmó su estructura, siendo reconstruido, pero degradándose paulatinamente hasta el 1.400 a. C. cuando se abandona definitivamente.
Al iniciarse el siglo XX el “arqueólogo” sir Arthur Evans emprendió unas excavaciones que sacaron a la luz el yacimiento, pero que conllevaron una restauración y reinterpretación muy discutida y subjetiva de los restos hallados.
La relación que se ha atribuido a Knossos con la mitología, y en concreto con el laberinto del minotauro, es uno de los mejores eslóganes turísticos que puede tener.
La mitología fija en Knossos, la residencia del rey Minos, que mandó a Dédalo construir el laberinto donde se encerraba al minotauro. El “monstruo” se alimentaba de humanos que se llevaban en sacrificio para saciar al minotauro. Su destino final fue morir a manos de Teseo que logró salir del laberinto gracias al hilo de Ariadna que le permitió conocer la salida.
Las cosas más destacadas y a las que debemos dedicar más atención, son el patio central, el piano nobile, el fresco de los delfines, los almacenes que contienen las gigantes vasijas (pithoi), el salón del trono, la sala de las hachas dobles, la gran escalera,la puerta sur del complejo, y el corredor del Propileo norte con el fresco del famoso toro embistiendo, símbolo de Knossos y de la cultura minoica.
El palacio de Knossos se halla a apenas 5 kilómetros del centro de Heraklion, y es fácilmente accesible tanto en coche particular como en autobús de línea. Se debe complementar con la visita al Museo Arqueológico de Heraklion, donde se hallan los originales del Palacio de Knosos.
La leyenda del Minotauro:
Una bestia mitad hombre mitad toro, habitaba en un laberinto construido por el arquitecto Dédalos bajo el Palacio del Rey Minos. Cada año, la ciudad de Atenas debía otorgar como tributo de guerra a Minos 7 doncellas y 7 jóvenes y darlos como sacrificio para el Minotauro. Hasta que un año, el héroe ateniense Teseo se enfrentó al Minotauro y lo mató con la espada que Ariadna, hermana de la bestia, le había entregado. Además le dio un ovillo de lana para marcar el camino de vuelta y poder salir del laberinto.
+ INFO: https://www.lagranescapada.com/palacio-de-knossos-de-creta-en-busca-del-minotauro/
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