viajes por el mundo: SANTORINI II, descubriendo la isla.

En nuestro segundo día en la isla, alquilamos un coche y nos fuimos a descubrir la isla. Subimos al punto más alto, el Monasterio del Profeta Elías, un monasterio ortodoxo levantado en 1712 que se encuentra situado en el punto más alto de Santorini, a unos 560 metros sobre el nivel del mar, cerca del pueblo de Pyrgos.

Durante el siglo XVIII y XIX el monasterio jugó un gran papel en el desarrollo económico y cultural de Santorini, y llegó a tener un navío propio con el que comerciaba con el resto del Egeo y el Mediterráneo. Como dato curioso, a principios del siglo XIX aquí se instaló una escuela que enseñaba la lengua griega y su literatura. ésta era una escuela totalmente clandestina, ya que entonces la isla estaba bajo ocupación turca.

Desde fuera, es austero, como una fortaleza. Una vez dentro, podemos encontrar pistas que nos reflejan la riqueza de antaño: valiosos iconos y obras de arte, como el iconostasio de madera tallada y dorada de su katholikon o iglesia principal. Además, el monasterio alberga un pequeño y entrañable museo de arte sacro y popular donde encontrarás documentos bizantinos, vestimentas sagradas, así como exposiciones sobre la fabricación del calzado, las velas y el vino.

En su exterior, en cambio, tienes un excelente mirador desde donde podrás disfrutar de unas fantásticas vistas de toda la isla, de punta a punta, y de unas puestas de sol francamente increíbles. Muy cerca hay una base militar, que está vallada y con excelente panorámica de la isla.

Seguimos ruta hasta la Red Beach (playa roja), localizada cerca de la antigua aldea de Akrotiri y es una de las más famosas y bellas de las playas de Santorini. Debido a que es más bien pequeña, se suele llenar bastante rápido. La razón por la que atrae a tanta gente es por las losas de roca volcánica de color rojo y negro que hay justo detrás de ella.

La arena en sí es de color rojizo y negro y siempre muy, muy caliente, por lo que la playa está llena de tumbonas y sombrillas. Está en frente a un mar de aguas cristalinas, ideal para el buceo debido a la presencia de estas rocas únicas y especiales.

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Continuamos hacia Pharos y llegamos al faro de Akrotiri, que fue construido en 1892 por una empresa francesa. Está situado en el extremo de un cabo y es de estructura cuadrada. Alcanza unos 10 metros de alto y en la parte inferior, anexada, esta la casa del cuidador. Está a 350 metros del borde rocoso del terreno donde se eleva a 100 metros.

Seguimos visitando playas, como la de Perivolos, la más cosmopolita de Santorini y una de las más conocidas de la isla. De enormes dimensiones con estupendos hoteles y arena oscura volcánica al más puro estilo volcánico de Santorini. Excelentes locales metidos en la playa con música, copas y tabernas populares de tipo familiar. Un lugar que no deja indiferente y que sin duda es visita obligada en un viaje a Santorini. Cuando además soplan fuertes los vientos del Egeo, esta playa está protegida del norte y siempre mantiene sus aguas tranquilas y como una balsa de aceite. A continuación de Perivolos se encuentra la también conocida playa de Kamari Beach del mismo estilo y características. Las fiestas y la marcha también se encuentran en temporada alta muy acentuadas en esta playa desde muy temprano.

Perissa con la playa más popular y extensa, cuenta con centros de deportes acuáticos, buceo y atractivos turísticos de los que merece la pena disfrutar. El pequeño pueblo de Perissa es una antigua villa de pescadores, hoy día volcado al turismo.

Otro nuevo destino, el pueblo de Megalochori, hermosa localidad, tradicional, con casas blancas con vallas, un campanario que forma un arco para que la gente o los coches pasen por debajo de ella, una iglesia blanca con cúpula y una plaza central con las tabernas y pocas plantas trepadoras en fucsia brillante.

La población residente del pueblo es de alrededor de 300 personas y tres de las bodegas más grandes de la isla, Santo Vinos, Antoniou y Boutari se encuentran cerca de él.

Panagia Isodion es la iglesia central de Megalochori que se destaca por sus iconos y el calendario de santos que está compuesto por 365 figuras en miniatura santificado por la Iglesia Ortodoxa Griega.

En el pueblo hay bodegas de vinsanto, (que significa “vino de Santorini”, no “vino santo”, como en Toscana), un vino dulce y aromático, sin adición de alcohol. Las uvas son secadas al sol. Se trata de un vino producido desde la antigüedad, y que en la Edad Media fue exportado a otros lugares del mundo, como Venecia y Estambul.

Después de comer, Oiá era nuestro destino. Oia, llamado también Ià, es probablemente el pueblo más hermoso y pintoresco de la isla. Las iglesias de cúpulas resplandecientes y las viviendas troglodíticas que parecen suspendidas en el vacío representando Grecia a la perfección y que ya forman de nuestra imaginación colectiva. Construido en lo alto sobre el borde de la Caldera, tiene pequeños callejones, un panorama espectacular, tiendas muy cuidadas, agradables museos, numerosas galerías de arte y las ruinas de la fortaleza veneciana, dando al pueblo de Oia un carácter único y fascinante.

Al contrario que Fira, Oia ha intentado e intenta aún hoy en conservar intacto su atractivo, huyendo así del turismo de masa. A pesar de ello, en la calle principal son muchas las tiendas de lujo y las joyerías… y no obstante, el atractivo del pasado se percibe en el aire, y además desde Oia se puede disfrutar de una vista absolutamente única sobre la bahía y sobre el volcán. El momento culminante es la puesta de sol, quizás la más bella del mundo. Tal es la cantidad de gente que se agolpa para verla, hasta 2 horas antes, que es agobiante, pero al final, la gente aplaude.

La mejor caminata que se puede hacer en Santorini, es ir desde Fira a Oiá, a pie. ¿Por qué?

Porque el sendero que une estos dos pueblos, serpentea durante 9,5 km por el acantilado de la caldera, con unas vistas increíbles y atravesando pueblos como Imerovigli y Firostefani.

El recorrido puede realizarse en ambos sentidos aunque recomiendo de Fira a Oiá en este sentido por 3 razones:

Es más llevadero ya que el porcentaje de pendientes descendentes es mayor.
Dejas el sol detrás. Realizándolo de esta forma, dejarás el sol a tus espaldas por la mañana y evitarás quedarte deslumbrado durante el recorrido.
Oia es el caramelito final a una ruta increíble.

¡ OJO !. Recorrer estos casi 10 km te llevará alrededor de 3 horas por lo que vete preparado. Lleva gorra, agua y zapatillas cómodas si no quieres quedarte seco.

Después de la puesta de sol, nos tomamos un vinsanto con Enrike, un amigo y viajero mejicano en bicicleta, viendo el atardecer desde una terraza.