Jordania, oficialmente Reino Hachemita de Jordania es un país de Asia ubicado en la región de Oriente Medio.
Debe su nombre al río Jordán, arteria que representa una fuente de riqueza en un país donde el agua es un elemento vital. Antes de 1967, cuando Jordania todavía controlaba la orilla oeste del río Jordán, esta fértil región agrícola formaba el centro económico de la nación y proporcionaba a ésta casi un tercio de su suelo cultivable.
Hoy, su producción depende básicamente del rico valle del Jordán junto con algunas zonas de las colinas palestinas, agrícolas por excelencia, ya que el 90% del país es inapropiado para el cultivo.
Desde el punto de vista geográfico se pueden distinguir en el país cuatro zonas principales con cierta unidad orográfica: el valle del río Jordán, las colinas palestinas, la meseta transjordana y la meseta desértica.
La depresión del río Jordán es un valle que discurre en dirección sur con origen en el extremo sur del mar de Galilea y llega hasta el mar Muerto. La principal zona agrícola del país es esta depresión junto con las mesetas colindantes.
El mar Muerto es uno de los lugares más peculiares del planeta ya que se encuentra situado a 400 metros por debajo del nivel del mar. Es uno de los lugares más bajos de la superficie de la tierra y el lago de mayor salinidad del mundo.
Su elevado nivel de salinidad provoca que sus aguas no contengan peces ni vida marina alguna y que la flotabilidad del agua sea muy superior a la de cualquier otro mar. La gran riqueza de minerales que el agua lleva disueltos convierte también a estas aguas en fuente de riqueza y en zona de atracción para los visitantes.
Las colinas palestinas forman parte de la cadena montañosa que atraviesa Israel, Jordania y Líbano. Los valles que se abren entre las colinas aportan, conjuntamente con la depresión del Jordán, la mayor parte de sus tierras cultivables.
La meseta transjordana se va nivelando escalonadamente hacia el este, donde las alturas van desde los 600 a los 900 metros, dando paso a la meseta desértica. Esta meseta es una llanura árida y pedregosa con una escasa vegetación de matorrales en su borde occidental y sin apenas oasis. Esta zona permanece prácticamente deshabitada y sólo existen algunos grupos de pastores nómadas.
Jordania tiene su única salida al mar en el puerto de Al Aqaba, en el extremo del golfo de Aqaba. Amán, la capital y principal ciudad de Jordania, se encuentra a unos 40 kilómetros al norte del mar Muerto.
La historia de este país es muy accidentada. Jordania es una nación relativamente reciente, pero ocupa un territorio sumamente antiguo y con una gran riqueza histórica. En el emplazamiento de la actual Jericó se produjo uno de los primeros asentamientos humanos, hace unos 9000 años, posiblemente atraídos por las características del mar Muerto que proveía fácilmente de sal, un bien muy apreciado en la antigüedad.
Las tierras jordanas fueron sucesivamente conquistadas por los asirios, los babilonios y los persas. Tras éstos, la región cayó bajo la influencia de las dinastías seleúcidas y ptolemaica, los dos reinos que heredaron el vasto imperio unificado por Alejandro Magno en el siglo IV a. C.
Los romanos se apoderaron de Jordania en el año 63 a. C. incorporándola a su imperio, pero las rutas de caravanas siguieron bajo el control de los nabateos, un pueblo árabe aliado de Roma que gobernaba esta zona con capitalidad en Petra.
Jordania fue testigo de excepción del nacimiento del cristianismo ya que fue en Belén, en la orilla oeste del Jordán, donde nació Jesucristo. La nueva fe se extendió rápidamente por Palestina en el siglo I d. C. Sin embargo, en el siglo VII, la expansión islámica atrajo a los ejércitos árabes a Oriente Medio, y Jordania, junto con la histórica ciudad santa de Jerusalén, cayó bajo el dominio árabe.
Las tierras jordanas también vieron a los ejércitos cruzados que combatieron sin éxito durante los siglos XI y XII contra los musulmanes por el control y el dominio de Tierra Santa, pero fueron los mamelucos, venidos de Egipto, quienes obtuvieron finalmente la victoria y el control de Palestina gobernando hasta su expulsión por parte de los turcos.
Entre 1516 y 1918, Jordania formó parte del territorio del Imperio otomano. En 1920, tras la derrota turca en la Primera Guerra Mundial, la Liga de Naciones puso a Palestina bajo mandato británico, el cual en 1923 convirtió la región al este del Jordán en la Transjordania.
En 1928, los británicos reconocieron a Jordania como Estado independiente, pero mantuvieron el control de la economía, la defensa y todos los asuntos exteriores de la nación.
El mandato británico finalizó en 1948, cuando Transjordania obtuvo la independencia total. El Estado de Israel nació el mismo año, según un plan de partición de Palestina elaborado por las Naciones Unidas que preconizaba el establecimiento de dos Estados: uno árabe y otro judío, manteniendo Jerusalén bajo control internacional.
Inmediatamente después estalló la guerra entre Israel y los Estados árabes, incluyendo a Jordania. Cuando terminó la lucha, en 1949, Transjordania mantenía el control de la orilla oeste, designada por las Naciones Unidas como futuro Estado palestino y de la Ciudad Antigua de Jerusalén.
Durante la guerra de 1948, refugiados árabes que huían del territorio controlado por Israel penetraron en Jordania lo que supuso que la población prácticamente se triplicara. En 1952, el príncipe Hussein accedió al trono de Jordania y, en 1967, un pacto con el líder egipcio Nasser condujo a Jordania a la guerra de los Seis Días contra Israel.
La derrota le costó a Jordania los territorios de la orilla oeste, ya que los israelíes ocuparon estos territorios, los más ricos y los que suponían una fuente muy importante para la economía jordana.
A finales de la década de los sesenta, Hussein se encontró con el problema del aumento de la conciencia nacional palestina y del creciente poder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), aunque el ejército beduino jordano logró expulsar a la OLP en 1970.
Tras todos estos acontecimientos, Hussein siguió el ejemplo de Egipto y adoptó una posición más conciliadora hacia Israel. Esta postura se consolidó cuando en 1988 Jordania renunció a sus reclamaciones sobre la orilla oeste del Jordán.
Durante la guerra irano-iraquí, Jordania se convirtió en un firme aliado de Irak. Durante la guerra del Golfo entre los ejércitos aliados e Irak a causa de la invasión de Kuwait, Jordania fue uno de los pocos países árabes que ofreció su apoyo a Irak y permitió que el petróleo iraquí y los suministros fluyesen a través de territorio jordano.
El rey Hussein adoptó un carácter más moderado y jugó un destacado papel de mediador entre los diferentes países de Oriente Próximo manteniendo buenas relaciones con los países europeos y con los Estados Unidos. En la actualidad, y después de su muerte, es el rey Abdallah de Jordania el que reina en el país.
Jordania posee algunos de los tesoros arqueológicos más impresionantes de todo Oriente Próximo. Pese a la aridez del territorio, las diferentes culturas que han habitado estas tierras han dejado huellas de inigualable belleza que se han conservado hasta nuestros días de manera extraordinaria. La parte oriental de Jordania es tierra de castillos, construcciones que en ocasiones tienen un origen muy antiguo y que han perdurado al haber sido modificados y reconstruidos por los diferentes pueblos que sucesivamente fueron habitando la zona. Es por ello, un país muy turístico que atrae a muchos viajeros.
En gastronomía, el plato nacional es el mansaf, cordero cocinado con yogur y servido sobre arroz. También hay que degustar el musakhan, un plato a base de pollo asado con cebollas, piñones y aceite de oliva sobre pan y el maglouba, carne o pescado mezclado con verdura o arroz.
El kebab, cordero asado al carbón; el ahawarma; el felafel y el hummus son algunos otros platos tradicionales.
La bebida típica es el arak, un licor aromático de anís. Jordania produce, además, vino, cerveza y bebidas refrescantes.
Es un excelente país para todo tipo de compras de artesanía árabe, en especial de alfombras; bordados; tallas de madera; productos de nácar; cerámica; cristal; artículos de cobre; joyería beduina de plata; armas antiguas; artículos de cuero y cajas de madera de olivo.
En mi viaje a Jordania, visité Amán, la capital, Petra, Jerasa, el Wadi Rum, Akaba, Madaba, las fortalezas del desierto, el Mar Muerto, el Monte Nebo, etc.
Historias de la Biblia, ciudades perdidas, Lawrence de Arabia... Jordania está asociada a multitud de leyendas románticas. Es un país que debería rebosar de turistas, sin embargo, los conflictos de Oriente Próximo han mantenido a las masas alejadas.
En condiciones normales, los extranjeros son generalmente bien recibidos y aceptados por lo que Jordania es un país seguro para los turistas. La tradicional hospitalidad de los pueblos árabes, queda aquí demostrada con creces.
Información práctica:
Nombre oficial: Reino de Jordania
Superficie: 89.206 km²
Población: 4.600.000 hab.
Capital: Ammán
Nacionalidades y etnias: árabes (60% de palestinos, muchos de ellos refugiados), circasianos, chechenos y armenios
Idioma: árabe, inglés
Religión: 96% musulmanes sunitas, 4% cristianos
Régimen político: monarquía constitucional (democracia incipiente)
Jefe de Estado: rey Abdullah II
Primer Ministro: Maaruf al-Bakhit
PIB: 15,5 billones de dólares
PIB per cápita: 3,500 dólares
Crecimiento anual: 5%
Inflación: 4%
Principales recursos económicos: minerales, petróleo refinado, agricultura, turismo
Principales socios comerciales: India, Arabia Saudí, EEUU, UE, Irak
+ INFO: http://sp.visitjordan.com/
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