25 ene 2017

Saint-Emilion, más que viñedos.

 Saint-Émilion es una pequeña ciudad cerca de Burdeos, (Francia) conocida por el vino, que se produce en sus alrededores. Administrativamente, Saint-Émilion es una comuna del departamento francés de la Gironda en la región de Aquitania.Saint-Emilion-Francia
Es un pueblo medieval muy bonito y con muchos atractivos históricos que te sorprende. Por eso forma parte del patrimonio mundial de la UNESCO. Es decir, Saint-Émilion tiene mucho más aparte de viñedos. Lo primero que hace la mayoría de la gente al llegar, es subir al balcón natural de la plaza del campanario y contemplar las vistas desde allí. Desde arriba, contemplamos dos cosas: el pueblo y los interminables campos de viñedos que se extienden en todas direcciones.Saint-Emilion-Francia
 El pueblo tiene calles muy empinadas y unos desniveles muy pronunciados. Durante la Edad Media, el pueblo estaba separado entre la zona alta donde vivían los burgueses y los nobles, y la baja, donde vivían los campesinos. Incluso había una puerta con una cadena que separaba las dos clases sociales y que aún puede verse hoy. Al parecer, estos desniveles del terreno se deben a que, treinta millones de años atrás, el océano cubría toda la zona y el agua, al irse retirando con el paso de los milenios, fue erosionando la roca calcárea de la zona y creando surcos profundos y cuevas escarpadas. Y fue en una de estas cuevas donde se instaló el monje Émilion, que llegó a convertirse en santo.


 Los viñedos que rodean el pueblo de Saint-Émilion pertenecen a unas 860 bodegas diferentes, cuatro de las cuales tienen el sello Premier Grand Cru Classe A, sello de máxima calidad. En esta zona se ha cultivado la uva desde tiempos de los romanos, pero fue a partir del s. XII cuando empezaron a desarrollarse más, gracias a que cinco órdenes religiosas distintas decidieron instalarse en el lugar con sus monasterios. Antes, la mayor parte de los campos eran de cereales, pero los monjes necesitaban tener vino para las misas, así que plantaron viñas. Después de la Revolución Francesa, los viñedos pasaron a manos privadas y por eso aún pueden verse muchos campos cercados con muretes de piedra. Luego, hasta mediados del s. XIX la producción de vino avanzó en paralelo a la producción de piedra de construcción y por eso el pueblo está agujereado con numerosas galerías subterráneas. A partir de entonces, el vino pasó a ser el producto más importante de la zona y en 1950 llegó el tren y empezó a exportarse por todo el mundo. Los vinos Saint-Émilion no tardaron en alcanzar la fama internacional.

 Hicimos una visita guiada muy interesante, que reservamos en la oficina de turismo del pueblo. Vimos la cueva de san Émilion, la capilla medieval que hay encima, las catacumbas y, finalmente, una iglesia monolítica subterránea, la más grande de Europa.

Saint-Emilion-Francia

 Durante la visita a la cueva de san Émilion, la guía nos contó la leyenda de este monje benedictino del s. VIII, que pasó los últimos 17 años de su vida allí. Llegó huyendo de Bretaña, donde había robado pan para dárselo a los pobres. El duque de la región acabó descubriéndolo, pero en ese momento todo el pan se transformó en leña. Justo encima de la cueva se construyó una capilla en el s. XIII donde aún pueden verse los murales originales del ábside. Resulta que durante la Revolución Francesa, la capilla fue ocupada por un tonelero y el humo de su taller cubrió las paredes y protegió así los murales medievales, que se redescubrieron en 1927.
Luego la guía nos llevó a las catacumbas, una cueva natural donde se enterraba a la gente privilegiada porque albergaba reliquias procedentes de Jerusalén. Es curiosa la cúpula excavada en la roca y que servía como salida espiritual de las almas de los difuntos hacia el Paraíso. Hoy ya no existe, pero durante la edad media había una escalera de caracol que subía por la cúpula hasta llegar al camposanto que había arriba del todo.Saint-Emilion-Francia
Siguiendo hasta el fondo de las catacumbas, llegamos a un espacio enorme bajo tierra: la iglesia monolítica más grande de Europa. Es realmente grande y tiene nada menos que once metros de altura. Fue muy curioso todo lo que nos contaron sobre esta iglesia, que mandó construir Pedro de Castillon a su regreso de la Primera Cruzada. También aprendimos detalles arquitectónicos y de los restos de los murales que decoraban la iglesia y nos sorprendió descubrir que aún se usa para ceremonias dos veces al año: el 15 de junio y el 15 de septiembre.
 Después de la vista, recorrimos el pueblo, viendo sus callejuelas, los lavaderos, los comercios y tiendas de vino. En la iglesia de arriba,(la Colegiata) vimos el interior y en el claustro, había un mercadillo navideño, que vendían paté y vino caliente, que pudimos probar.
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 La Torre del castillo del rey: Visible desde todo el pueblo, de planta cuadrada fue construida en 1237 por orden de Enrique III, Rey de Inglaterra y duque de Aquitania. De estilo románico, consta de dos plantas sobre una cavidad subterránea que permite acceder a ella desde la ciudad medieval. Antiguo Ayuntamiento, está registrada como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. Esta fortaleza albergaba el Ayuntamiento hasta 1608.
Pero, lo más importante de Saint Émilion, son los viñedos, que forman parte del Patrimonio de la Humanidad. A 45 km de Burdeos, es una buena opción para visitar los alrededores y contemplar los viñedos del mejor vino francés.




+ INFO: http://www.saint-emilion-tourisme.com/es/1-descubrir/31-los-12-edificios-inevitables.html








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