23 sept 2019

PN BANFF, amor a primera vista.

El Parque Nacional Banff se encuentra en la provincia de Alberta, en la región de las Montañas Rocosas, y fue declarado parque nacional en el año 1885. Al principio solo contaba de una pequeña zona que incluía unas cuevas desde donde emanaban aguas termales de alta calidad. Dentro del mismo, está asentada la ciudad homónima (Banff), población establecida en épocas en que se construyó la red ferroviaria de la famosa Canadian Pacific Railway y según cuenta la leyenda, sus trabajadores fueron quienes descubrieron las aguas termales.
En esta zona se encadenan lagos como el Louise, el Lago Peyto, el Moraine, o el Bow, que son espejos de agua impresionantes por su coloración. Pero también, complementan la vista formaciones como el majestuoso cañón modelado por arroyos como el Johnston.
El parque está situado a unas dos horas de Calgary y existe la carretera Icefields Parkway que conecta Banff con el Parque Nacional Jasper y Yoho, que es una ruta escénica considerada entre las más espectaculares para recorrer en Canadá y vale la pena disfrutarla.
Entre glaciares y campos de hielo, espectaculares bosques, lagos que parecen pintados y grandiosas montañas, este es uno de los lugares más hermosos que existe en el mundo. Colores vívidos que se mezclan de manera perfecta, una flora y fauna rica son algunas de las maravillas que se pueden vivir al adentrarse en el parque.
Uno de los puntos más conocidos es la zona que rodea al lago Peyto. Sus grandiosas aguas color turquesa están ubicadas en el hermoso valle del WaputikRange, entre los Picos Caldron, Peyto y el Monte Jimmy Simpson.
Otro de los sitios imperdibles es el grandioso paisaje del lago Louise, el cual se halla en el Valle de los Diez Picos. Este quizás este sea uno de los destinos turísticos más especiales del parque, porque el ambiente es tan inspirador que los amantes de la naturaleza al aire libre quedan completamente cautivados.Inkpots parque nacional de banff montañas rocosas de canada
También durante el invierno sus alrededores se convierten en los sitios perfectos para practicar los más divertidos deportes de nieve, como el esquí alpino, el snowboard, y grandiosos paseos en trineos tirados por perros. Además se pueden hacer caminatas, observación de la vida salvaje, escalada, practicar senderismo, con gran variedad de recorridos de diferente dificultad, paseos en canoa o patinar sobre el hielo.
Un dato para tener en cuenta es que muchos turistas quedan "desilusionados" por la cantidad de hoteles y restaurantes que están enclavados en el parque y que hacen que exista un enorme flujo de visitantes durante todo el año. Evitar las multitudes en estos casos se vuelve una tarea difícil, al igual que contemplar los hermosos paisajes en soledad y paz. Incluso hay una ruta que cruza por en medio del mismo, que si bien facilita la movilidad de un punto a otro, rompe con la idea de "naturaleza virgen" que podría tener el lugar.
  El Parque Nacional Banff fue nuestra primera parada en las Montañas Rocosas Canadienses, uno de los destinos que más ganas tenía de conocer. Montañas, glaciares, lagos y bosques infinitos nos estaban esperando y no nos defraudaron.
  Este espacio natural ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad en 1984, gracias a sus impresionantes paisajes y la flora y fauna que habita en sus límites. En total, la friolera de unos 23.000 kilómetros cuadrados de montañas y naturaleza ininterrumpida (aproximadamente 500 kms. de largo por unos 50 de ancho), que así escrito parece sólo un número más, pero que es equivalente a un parque que ocupara desde Madrid hasta Málaga. En fin, el concepto espacio es completamente diferente en un país tan extenso como Canadá, pero su dimensión no deja de impresionar.
El PN Banff ofrece muchísimos lugares para visitar, pero aquí destacaremos los que nosotros visitamos.
  • Cañón de Johnston

En la primera excursión tuvimos que desplazarnos unos  25 kilómetros  desde Canmore para llegar hasta el cañón de Johnston.  Disfrutamos de los escasos 5 km de ruta que seguía el curso del río por el cañón. Este es uno de los senderos más transitados del parque nacional Banff, pues es relativamente corto y resulta sencillo explorarlo gracias a unas pasarelas de madera. Además, el sitio es precioso, pues no sólo se puede apreciar el estrecho cañón, sino que el río va formando numerosas cascadas a su paso.
      
  














  • Cascadas Takakkaw.
Un lugar con encanto, a las que se llega tras un sendero bastante sencillo. Desplomándose desde una altura de 380m con una caída libre de 254m, la segunda cascada más alta de Canadá es uno de los elementos más destacados en el Parque Nacional de Yoho. Seguimos un corto camino que sube por una pendiente a un mirador alternativo desde el otro lado del río de Yoho con una preciosa vista de Takakkaw.
Takakkaw, traducido libremente del idioma nativo cree, significa  «esto es magnífico». La caída es alimentada por el glaciar Daly, que forma parte del campo de hielo Waputik. El glaciar mantiene el caudal de agua del salto durante los meses de verano, lo que hace de la catarata una atracción turística, sobre todo a finales de primavera, cuando la nieve se derrite y el volumen de agua es máximo.
               






Para llegar a la catarata desde el Este, hay que seguir la carretera transcanadiense unos 23 km al oeste de lago Louise hasta Yoho Valley Road. Cuando se accede desde el Oeste, está a 3,7 km al este de Field, girando a la izquierda en Yoho Valley Road. Se sigue por esta carretera durante 13 km hasta un estacionamiento. Hay una corta caminata por un sendero que permite acceder a la base de la catarata.
  • Lago Esmeralda
  • En el Parque Nacional Yoho, está ubicado el “espejo de Canadá”; es decir, el hermoso Lago Esmeralda o Lago Emerald. Rodado por las Montañas Rocosas canadienses, este lago fue descubierto en 1882 por el explorador Tom Wilson. Hoy, es una de las grandes atracciones turísticas del país.
    Su nombre proviene del impresionante color de sus aguas, que siendo cristalinas también le dan honor al apelativo del “espejo” del país. Aunque este lugar se puede visitar durante cualquier época del año, en el verano es cuando encontramos sus mejores colores (con una temperatura de hasta 20 grados).
    En las orillas del Lago Esmeralda crecen las flores silvestres, que adornan el horizonte. Una ruta de poco más de cinco kilómetros bordea el lago, siendo la mejor forma de disfrutar el paisaje caminar por los alrededores.



     El lago Esmeralda fue el primer lago “bonito”, que vimos en las M. Rocosas. Después, veríamos otros, también “bonitos”, el lago Louise, el Moraine, el Maligne, el Peyto, etc. Pero, por el color de sus aguas azul turquesa, fue el que mejor recuerdo.


    Vuelta a nuestro campamento base en Canmore, que aún nos quedan muchas cosas por ver en el PN Banff.

    + INFO: https://mindfultravelbysara.com/parque-nacional-banff-que-visitar-en-canada/





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