Catania forma parte del Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco en 2002 denominado “Ciudades del barroco tardío de Val di Noto”. Construida en piedra volcánica de color gris negruzco, sus calles céntricas pueden resultar sofocantes, oscuras por la sombra de altas y sucias iglesias barrocas y palazzi. La presencia del Etna lo domina todo, los edificios, las vistas amenazadoras de la montaña al final de las calles, incluso, la calle principal se llama como el volcán.
La plaza principal de Catania, piazza del Duomo, es un punto céntrico de orientación y es una de las plazas más atractivas de Sicilia; fue completamente reconstruida por Vaccarini y rodeada de hermosos edificios barrocos. El más interesante es el Ayuntamiento, en el lado septentrional de la plaza. Allí se encuentra la fuente del elefante, el símbolo de la ciudad.
El Duomo, (catedral) situado en el lado oriental de la plaza. Además de los magníficos ábsides de roca volcánica, fue remodelado por Vaccarini, cuyo toque barroco es evidente en la fachada, en la que colocó columnas de granito procedentes del anfiteatro romano de Catania. El interior no es menos grandioso: ornamentado con varias capillas, destaca la de Sant’Agata, a la derecha del coro.
Cerca se encuentra el mercado al aire libre de Catania. Las calles serpentean por un vecindario bastante deteriorado hasta un espacio abierto en el que sobresale el Castello Ursino, de donde lo único que queda es la ennegrecida Torre del Homenaje. El Museo Cívico se encuentra en el interior.
Caminar por la Via Croceferi, calle con muchas iglesias y por la Vía Etna, la más comercial y elegante de la ciudad.
Por la noche, te puedes sentar en las terrazas y tomarte una grappa o un lemoncello.
En Catania se debe probar la pasta alla norma, espaguetis con berenjena y ricota. Aquí tenéis la receta.
+ INFO: http://www.lasicilia.es/catania
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