Kedougou es una región en el extremo sudeste de la República de Senegal. La capital lleva el mismo nombre que la región y fue creada en febrero de 2008.
La región de Kedougou se encuentra a 250 Km de Tambacounda, con la cual está unida a través de una aceptable carretera asfaltada que atraviesa el parque de Niokolo Koba.
Constituye el hogar de los bassari por excelencia, aunque también conviven otras etnias como los Bedik o los fulani, todos ellos entienden que la zonas entera es un lugar y un hogar único que ha de ser compartido entre todas las etnias, al margen de lo que las imposiciones legislativas marquen.
La capital de Kedougou, que toma este mismo nombre, está distribuida en torno a un centro urbano en el cual se pueden encontrar las principales infraestructuras de la zona. Alrededor de dicho centro podemos encontrar una serie de aldeas más aisladas, que cuentan con una población reducida y con unos medios de subsistencia extremadamente básicos, puesto que solo en el corazón de Kedougou se pueden obtener bienes manufacturados como vestimenta, determinados alimentos, herramientas etc. Esto implica que los habitantes de las aldeas periféricas han de desplazarse hasta la capital para realizar cualquier gestión que no esté relacionado con lo agrario o ganadero. En el centro se hallan la estación de autobuses, gasolinera, policía, ayuntamiento, oficina de cambio, etc..
Desde Kedougou se pueden visitar las aldeas bassari, como la aldea Bedik,y si continuamos la excursión 3 Km llegaremos hasta la población de Iwol situada sobre una colina y cuyo único acceso es posible a pie, caminando cuesta arriba durante aproximadamente una hora. Llegado a este maravilloso lugar se podrá visitar también el baobab más ancho de Senegal.
Nos alojamos en el hotel Le Relais de Kedougou, con piscina y comedor con vistas al rio Gambia y las habitaciones con aire acondicionado.
Al día siguiente, regreso hacia Dakar. Unos 600 km. en 9 horas de viaje y por fin, vimos la lluvia en Senegal. Una pequeña tormenta, que refrescó el ambiente.
Al sur de Dakar, a pocos kilómetros de la costa de Sally en Senegal se extiende la reserva natural de Bandia. Se trata de una extensión de unas 3.000 hectáreas donde principalmente crecen las acacias, los baobabs y las mimosas salvajes. En este hábitat conviven un buen número de animales y especies autóctonas de África. Entre ellos no hay prácticamente carnívoros siendo la mayoría de sus habitantes mamíferos herbívoros.
En la Reserva Natural de Bandia conviven 30 jirafas, un elevado número de gacelas, tortugas enormes, cabras, pitones, cocodrilos, jabalíes, cebras, avestruces, rinocerontes, hienas, unos 200 antílopes de los que destacan la raza impala y la derbi.
La entrada a la reserva cuesta 15 euros por persona con la entrada de tu vehículo propio incluido. En su interior existe un bonito recorrido sobre tierra roja -ese color intenso tan arraigado al paisaje africano- desde el que podremos llegar a los principales enclaves del parque y contemplar una buena cantidad de animales.
Al ser un universo principalmente herbívoro los animales se pasean con tranquilidad sin peligro a ser perseguidos o devorados como los grandes cazadores como el león o la pantera africana. Lo más peligroso era acercarse al rinoceronte para tomar una buena foto, pero el guarda que nos acompañaba en el 4 x 4, nos pidió la cámara y aquí está el resultado:
El comedor del restaurante, junto al rio que pasa por la reserva, era un lugar animado por los turistas y los monos que saltaban por los árboles. La reserva natural de Bandia es una buena alternativa para ver animales en libertad, si no puedes verlos en el parque Niokolo Koba en temporada seca.
+ INFO: http://www.viajablog.com/visita-reserva-natural-bandia-senegal/
1 comentario:
Dan ganas de ir, ya. Muy interesante.
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