La Catedral de Monreale es uno de los mayores logros del arte normando en el mundo. Es notable su fusión con el arte árabe que imperaba en Sicilia antes de la conquista de la isla por parte de los normandos. La iglesia fue fundada en 1172 por Guillermo II, y muy pronto, junto a ella se levantó un monasterio benedictino. La catedral es famosa por los impresionantes mosaicos dorados que cubren todo su interior, en los que se pueden contemplar escenas del Antiguo y Nuevo Testamento.
La fachada de la Catedral de Monreale . La macizas torres originales (la izquierda esta incompleta) flanquean el pórtico, adornado con tres arcos soportados por monolíticas columnas dóricas. Las columnillas de mármol de la sección alta de la parte de arriba de la fachada, decorada con arcos enroscados divide parte por dos la ventana central Ocupando una superficie aproximada de 6.340 m2 de mosaicos dorados, su interior es una verdadera maravilla y el acceso a la misma es totalmente gratuito, a excepción del ingreso al claustro que tiene una tarifa y al cual se accede desde la parte externa de la Catedral y que cuenta con 228 columnas dobles exquisitamente ornamentadas. Para llegar a Monreale es muy fácil y cuenta con excelente señalización partiendo desde el centro de la ciudad de Palermo y cogiendo por el Corso Vittorio Emanuele. Otra alternativa es coger un autobús en la parada de la Piazza Independenza. La Catedral de Monreale bien merece una visita, pues está considerada como una de las más bellas del mundo. A pocos metros de la Catedral existe una terraza desde la cual se pueden lograr las mejores vistas de Palermo y su bahía, llamada la Concha de Oro.
Palermo, capital de Sicilia, es una joya cubierta del polvo de la historia, de las desgracias que han traído los desastres naturales en forma de terremotos, y del lastre que han provocado la especulación inmobiliaria, la miseria y el paro o los crímenes de la mafia. Con 700.000 habitantes y una historia abundante, conserva restos griegos, romanos, árabes, normandos, catalano-aragoneses, españoles, barroco, neoclásico, art nouveau, etc. También basura en las calles sin recoger, mercados variopintos, parques descuidados e iglesias en decadencia, pero con un hermoso interior.
A pesar de todas sus heridas, sus mutilaciones, la falta de manutención, su suciedad, Palermo no deja de aturdir ni de seducir con sus curiosas mezclas de arte y vida popular que le hacen de modo que no puedas olvidar Palermo. Se debe visitar, la Catedral, El Palacio de los Normandos con la Capilla Palatina, las iglesias de Martorana, San Juan de los Eremitas, San Ignacio, San Fco. de Assis, los teatros Massimo y Politeama, la plaza de los Quattro Canti, la fuente Pretoria, los mercados de Vuccerini, del Capo, los parques de la Pza. Marina, Pza. Independencia, la Puerta Nueva, los museos arqueológico y el Palazzo Abatellis, etc.
En la gastronomía palermitana destacan la caponata, una deliciosa ensalada de berenjenas y el postre típico de los cannoli, un barquillo relleno de queso ricotta. Vino de Marsala, cerveza Moretti y lemoncello. Y para finalizar la visita a Palermo, es imprescindible asistir a un espectáculo de marionetas.
La isla italiana de Sicilia es la mayor del Mediterráneo. Ocupa 25.426 km2 y está separada del continente por el estrecho de Mesina. Sus mil kilómetros de litoral presentan tramos de acantilados abruptos (en el norte) y de arenales (en el sur). La isla tiene cinco millones de habitantes, de los que dos millones viven en Palermo, la capital de Sicilia. Los griegos la llamaron Sikelia, por los Sikels, antiguos pobladores y los romanos, Trinacria por su forma triangular. Es de origen volcánico y aún tiene volcanes activos como el Etna y el Strombolí, en otra isla cercana. Fue colonizada por muchos pueblos, los Griegos que han dejado numerosas huellas de su paso por la isla, como templos, teatros, ciudades como Siracusa.
Más tarde, llegaron los Romanos, los Bizantinos y los Musulmanes. Los Normandos, que iban camino de las Cruzadas, en ayuda a los rebeldes contra los sarracenos, liberaron Palermo, pero decidieron quedarse al ver la riqueza de la isla. Después, llegó la Corona de Aragón, al conquistar el Reino de Nápoles y se unen formando el Reino de las Dos Sicilias. El Rey de España heredó Sicilia y estableció el virreinato cerca de 200 años. Por fin, en el s. XIX, Garibaldi la unificó a Italia. Hoy día goza de una autonomía especial con gobierno propio y parlamento. Todos estos pueblos han aportado algo a Sicilia, que le confieren un aire distinto y especial. Incluso, el idioma es una mezcla de latín, con otras lenguas, griego, árabe, francés, catalán y español. Aunque algunos lo consideran un dialecto, muchos consideran que se trata de una lengua distinta, con una rica historia y un extenso vocabulario (más de 250.000 palabras), debido a la influencia de los distintos dominadores de la isla.
En siciliano las palabras masculinas acaban con "u" mientras que las femeninas acaban con "a". El plural es normalmente "i" tanto para las palabras masculinas como femeninas. El siciliano sustituye la "LL" italiana por "DD", de forma que por ejemplo "bello" (bonito) sería "beddu" en siciliano. La cultura siciliana presenta la característica particular de encontrarse en un contexto apartado de la realidad italiana, expresándose a veces como una realidad distinta. Sicilia es un lugar donde el ambiente, el paisaje, la historia y los habitantes determinan una sensibilidad diferente. Así lo testimonian los numerosos nombres que han hecho y hacen de Sicilia una tierra de cultura. Pintura, cine y escritura, por citar algunos campos del saber, distinguen el modo de hacer arte de los sicilianos. La opera dei pupi (teatro de marionetas) es una representación teatral en la que sus protagonistas son caballeros de Carlomagno. Las marionetas son una de las tradiciones más características de Sicilia. La agricultura (naranjas, limones, hortalizas), la pesca (más de 1.000 km de litoral) y el turismo son la base de la economía de Sicilia. En nuestro viaje por Sicilia, visitamos Palermo, Monreale, Erice, Segesta, Selinuste, Agrigento, Piazza Armerina y la Villa Romana del Cassale, Siracusa, Noto, Catania, subimos al volcán Etna, Taormina, Catania y Cefalú. Los sicilianos son gente amable y hospitalaria y junto con las bellezas de la isla, bien merecen una visita a Sicilia, la isla del sol. + INFO: http://www.lasicilia.es/ http://es.wikipedia.org/wiki/Sicilia