Pompeya fue una ciudad de la Antigua Roma ubicada junto con Herculano y otros lugares más pequeños en la región de Campania, cerca de la ciudad de Nápoles.
Fue enterrada por la violenta erupción del volcán Vesubio el 24 de agosto del año 79, Muchos de sus habitantes fallecieron debido a la lava y gases volcánicos. En sus proximidades se levanta la moderna y actual ciudad de Pompeya. Al ser sepultada con tanta violencia y de forma repentina, la ciudad presenta un estado de conservación inmejorable, mostrando la mayoría de sus edificios, elementos decorativos, e incluso los restos de algunos de sus habitantes.
La trágica historia de Pompeya:
Se cree que la ciudad fue fundada por los oscos en el siglo VII a.C., y con el paso de los años se convirtió en una ciudad rica, repleta de palacios, monumentos y jardines. Pompeya disfrutaba de una gran prosperidad cuando en el año 62 sufrió un gran terremoto que dañó seriamente la ciudad. Mientras aún continuaban las tareas de reconstrucción, en el año 79 tendría lugar un trágico acontecimiento que marcaría el rumbo de la historia de la ciudad. Una mañana el volcán Vesubio despertó con gran fuerza, enterrando bajo sus cenizas la ciudad por completo. La ciudad permaneció en el olvido hasta que fue redescubierta en el siglo XVI. En 1748 comenzaron las excavaciones y desde entonces han sido desenterradas más de 45 hectáreas de terreno.
Qué ver en Pompeya:
Las ruinas de Pompeya son muy extensas y es posible recorrer gran cantidad de edificios en los que los ciudadanos hacían su vida diaria, entre los que destacan algunos templos, la basílica, el foro y las termas, además de algunas casas de las más lujosas decoradas con frescos y mosaicos.
Uno de los edificios más curiosos es el lupanar, un prostíbulo de la época en el que pueden verse las rudimentarias camas de piedra que utilizaban, además de algunos frescos con pinturas eróticas. En el granero del foro se conservan una gran parte de los restos arqueológicos, además de las figuras de algunos de los cuerpos que fueron encontrados bajo las cenizas. Como curiosidad fijaros en los enormes pasos de cebra de piedra que se utilizaban en aquella época. Con ellos los ciudadanos podían cruzar la calzada sin mancharse los pies, ya que ésta estaba normalmente inundada y bastante sucia.
Una visita impresionante
Pompeya fue una ciudad espectacular y resulta sorprendente que se encuentre en un estado de conservación tan bueno. Durante la visita se tiene la sensación de estar visitando una ciudad que aún continúa siendo habitada, ya que se conservan la mayoría de los edificios y gran parte de la decoración de las casas. Probablemente una de las partes más llamativas a la par que escalofriantes de la visita sea la exposición de las figuras de los ciudadanos que quedaron atrapados por las cenizas, en cuyos rostros aún se contempla el pánico que vivieron.
A pesar de que las ruinas de Pompeya son grandísimas, conviene visitar:
El foro: centro de la vida política, social y religiosa de la ciudad, era el auténtico corazón de Pompeya. Al principio solo contaba con unas pocos negocios pero durante el siglo II se decidió darle un aire más moderno y el área fue ampliada, se crearon zonas para protegerse de la lluvia, se cambió la pavimentación del suelo utilizando mármol travertino y se construyeron edificios públicos y templos como el de Apolo.
Templo de Apolo: muy cerca del foro se encuentra este templo dedicado al Dios del sol que sin duda era uno de los lugares más fabulosos y bonitos de Pompeya. Las estatuas que se encontraron cerca del templo se conservan en el museo arqueológico de Nápoles.
El Lupanar: quizás el sitio más curioso de Pompeya. El Lupanar era el prostíbulo de la ciudad, muestra de ello son los frescos eróticos de las paredes y los grabados en las puertas donde podías leer los nombres (y las especialidades) de las mujeres que aquí trabajaban.
Teatro Grande y Piccolo: el Teatro Grande fue construido en el siglo II a.C y podía acoger a más de 5.000 espectadores mientras asistían a las comedias de Plauto y Terenzio. El Teatro Piccolo, cercano al grande, está mejor conservado pero como dice el nombre, más pequeño.
Orto dei fuggiaschi: una de las visitas más impactantes. Aquí se encuentran los cadáveres petrificados de 13 personas que intentaron escapar de la furia del volcán.
Casa del Fauno: los restos de esta residencia hacen pensar que, posiblemente, esta fue la casa más bonita y rica de Pompeya. No se sabe quien la habitó aunque el protagonista aquí es sin duda la estatua de un pequeño fauno, la divinidad romana de los bosques y de la naturaleza, que baila en una fuente.
Terme Sabiane: las termas mejor conservadas de Pompeya, todo un ejemplo de lo vanguardista que era la ciudad.
Anfiteatro: se encuentra al final de la Via dell’Abbondanza y su construcción data del año 80 a.C por lo que parece ser el anfiteatro romano más antiguo del mundo. Aquí se desarrollaban espectáculos, luchas de gladiadores y juegos impresionantes.
Existe un único lugar en el mundo donde se puede revivir la cotidianidad de la antigua Roma: Pompeya, la ciudad enterrada. En esta bella localidad de región Campania, cerca de Nápoles, enterrada por las erupciones del Vesubio hace más de dos mil años, el tiempo parece haberse detenido permitiendo a los visitantes viajar al pasado como en una máquina del tiempo. Y es justamente por este motivo que durante mucho tiempo ha sido el lugar más visitado del mundo.
Nápoles es, después de Roma y Milán, la tercera ciudad en importancia del país. Es el centro cultural y comercial del sur de Italia. Sus orígenes se remontan a los griegos y, a lo largo de los años, la ciudad se ha visto enriquecida por los múltiples monumentos que pueblan sus calles.
Las ruinas de Herculano y Pompeya se encuentran cerca de Nápoles y son dos lugares de imprescindible visita. Pompeya, destruida por la erupción del cercano Vesubio, es el ejemplo más impresionante de ciudad romana. También el volcán, con sus 1277 metros de altitud, es un buen lugar de visita. La extraordinaria panorámica que ofrece sobre Nápoles y su bahía merecen realmente la pena.
Nápoles es famoso por ser una de las ciudades más peligrosas de Europa, a causa de su notable pobreza (32 %) y a causa de su fuerte índice de criminalidad y de paro. Cada año, se producen muertos a causa de las guerras de clanes en el seno de la mafia local, la Camorra. En 2008, la película italiana " Gomorra " de Matteo Garrone, se trata de los diferentes problemas de la ciudad causados por la mafia e incluido el índice fuerte de criminalidad, en gran parte causado por la guerra de los clanes y así como a la corrupción muy presente en el seno de los elegidos locales. Sin embargo, la ciudad atrae a muchos turistas y su centro histórico está declarado Patrimonio de La Humanidad.
La pizza es un plato típico de la cocina napolitana, en su forma básica, es un pan plano, generalmente de forma circular, cocinado en un horno con fuego de leña unos 2 ó 3 minutos y cubierto por diversos ingredientes. Polichinela, un personaje clásico del teatro, es de origen napolitano. Pulcinella (en italiano) es la expresión del “pobre”, de quien es “maltratado” y tiene un hambre atávica e insaciable. Parece ingenuo, inexperto, un poco “tonto” pero en realidad es un hombre de mil recursos: con la simpatía logra arreglárselas incluso en las situaciones más difíciles. Nápoles posee una historia muy agitada, colonia griega, romana, española (el virreinato de Nápoles duró 200 años)hasta la llegada de los Borbones (1734) que gobernaron el Reino de Nápoles hasta el 1860, año de la Unidad de Italia. Nápoles hay que vivirla: estar dentro de ella para saber cómo es: vivaz, desorganizada, con imagen caótica, pero dentro de ese caos mantiene un cierto orden, ya que sus propios habitantes se crean sus propias reglas: sólo hay que conducir por las calles de Nápoles para comprender esto...aunque al principio te crea confusión, poco a poco te habitúas.
Algunos de los edificios más relevantes que se pueden visitar son: Castel Nuovo, la antigua residencia de los reyes napolitanos; el Palazzo Reale, que posee una fachada de 168 metros de longitud; el Teatro San Carlo; la iglesia de San Francesco di Paolo, que tiene 34 columnas de mármol; Castel dell’Ovo, que data del siglo XII; Santa Anna dei Lombardi; el Palazzo Gravina, considerado como el palacio más bello de Nápoles; el Museo Arqueológico Nacional, donde se exhiben objetos hallados en Herculano, Pompeya y otras excavaciones y la Cartuja de San Martino, situada debajo del castillo de Sant’Elmo.
Bari, ciudad costera que mira hacia el mar Adriático, sorprende con su laberinto de calles empedradas, tradiciones vivas entre sus muros y sus interesantes monumentos. Visitar Bari es sumergirse en la Italia más auténtica y tradicional, que venera a sus santos y que mantiene vivos sus recuerdos y tradiciones, que dignifica su gastronomía más tradicional en la que se hacen las cosas como antaño. Pero también es una ciudad viva, llena de estudiantes y uno de los centros comerciales más importantes en la región. Es la puerta de entrada para visitar la Puglia (Apulia), el tacón de Italia.
La ciudad está dividida en dos partes: la vieja y la moderna. En la parte vieja–rodeada por una muralla y conocida como la Città Vecchia– el ritmo de vida es muy tranquilo y es el lugar donde se preserva la gran historia de esta población, con sus hermosas construcciones que combinan perfectamente con los paisajes que evocan los mejores momentos del Imperio Romano y la época medieval. Por otra parte, en la ciudad moderna, la población tiene un estilo de vida más agitado, se pueden encontrar tiendas espectaculares, restaurantes sofisticados y todo lo que una metrópoli actual puede ofrecer.
La Ciudad Vieja (Città Vecchia)
Ubicada en pleno corazón de la ciudad de Bari, lo primero que llama la atención son sus calles estrechas, que retan al mejor de los laberintos, por lo que fascinan a cualquiera. Los monumentos más llamativos son la Basílica de San Nicolás, la Catedral de Bari, el teatro Petruzzelli y el castillo Suevo.
La Basílica de San Nicolás
Construida aproximadamente, en el año 968 de nuestra era, esta bella basílica es un lugar sagrado con más de 1.000 años de historia, de suma importancia para la población de Bari, ya que en ella reposan los restos de San Nicolás desde el año 1087. Con un esbelto y sobrio estilo románico, vestida de un blanco mármol, esta bella basílica alberga obras de arte especiales; una capilla espectacular con altos techos abovedados, en los que se encuentran pintados unos frescos increíbles, unas esculturas de impresionante belleza y en el inferior, la cripta de San Nicolás, cuyos adornos en mármol y una pulcra decoración, hacen un lugar sagrado que nos conectan con nuestro espíritu.
El teatro Petruzzelli
Aunque quizás no sea tan antiguo como el resto de las edificaciones de la ciudad de Bari en Italia, el teatro Petruzzelli fue construido en el año 1.903.
Concebido como un teatro de ópera, es considerado como uno de los más espléndidos e importantes de la República Italiana. En el interior, es toda una obra de arte. Con una decoración muy exquisita de tonalidades doradas y vino tinto, evocan las épocas de oro de los teatros operísticos.
La Catedral de Bari
Otra obra de arte de la arquitectura romana de la zona de Bari en Italia, es la bella pero sencilla catedral, conocida también como la Catedral de San Sabino. Construida en el año 1.070, sobre las bases de una edificación más antigua, ha sido la residencia oficial de los obispos de la zona. Inspirada en la Basílica de San Nicolás, tiene una fachada bella sin ser ostentosa, en el interior una gran cantidad de columnas al estilo romano que le dan una presentación especial. Hay que resaltar su enorme y espectacular cúpula, sencilla pero exquisitamente decorada.
En el subsuelo se puede encontrar el sarcófago y las reliquias de San Sabino y Santa Columba. Todo es muy sobrio y religioso, con el estilo arquitectónico y decorativo de más de 800 años, simplemente, es un viaje en el tiempo.
El castillo Suevo
Esta impresionante obra de la ingeniería civil construida en el año 1.130, es una de las edificaciones más antiguas de la ciudad. Muy bien conservado, todavía refleja el esplendor de sus días de gloria, aunque ha sufrido muchas modificaciones desde que fue creado. De un estilo arquitectural bizantino, entre sus muros resguarda hermosas viviendas, lugares para el culto. Sus torres son impresionantes, tanto en tamaño como en sus formas, por lo que te sentirás en la propia era medieval.
Después de las visitas, lo mejor es pasear entre las estrechas y coloridas calles de Bari Vecchia. Allí se encuentran la plaza Mercantile y la plaza del Ferrarese. Estas dos plazas, llenas de bares y restaurantes, son el punto de encuentro de los habitantes de Bari y turistas, sobre todo en las noches de verano. La calle Via Venezia nos da otra vista del paseo marítimo y del mar Adriático desde lo alto de las murallas. Pequeñas tiendas típicas, restaurantes y negocios artesanales reciben al turista entre sus laberínticos callejones. Es el lugar más auténtico de Bari. Hasta hace unos pocos años, la delincuencia y la mafia campaban a sus anchas entre sus calles. Hoy en día es una visita esencial que hacer en Bari, donde los turistas pueden entrar de forma segura mientras la tranquila vida en el vecindario continúa. Señoras amasando «Orecchiette», (la pasta típica) y niños jugando en la calle os darán la bienvenida.
Entre las cosas que hacer y ver en Bari no puede faltar su paseo marítimo (en italiano lungomare). Se trata de un agradable paseo junto al mar, de 9 km de longitud, que llega hasta la ciudad vieja de Bari. En él disfrutaréis de una hermosa vista del mar y de edificios históricos como el teatro Margherita. El «lungomare» de Bari es uno de los paseos marítimos más bonitos de Italia.
Callejeando por el casco histórico, .justo en uno de los lados del palacio se encuentra Martinucci una de las pastelerías más famosas de la ciudad, donde podéis tomar un café acompañado de tartas o pasteles y helados riquísimos por 2 €. En una calle, vimos un local lleno de gente. Era una focacceria. Compramos unas focaccias, que es una especie de pan plano cubierto con hierbas y otros productos alimenticios. Se trata de un plato tradicional de la cocina italiana muy relacionado con la popular pizza. La receta básica de este preparado se cree que procede de los antiguos etruscos o los antiguos griegos, no obstante es considerado como una delicia de la gastronomía. Acompañada de unas cervezas, estaba deliciosa.
En Bari, que era la puerta de entrada a nuestro viaje por la Puglia, entregamos el coche alquilado con el que hicimos el recorrido y tomamos un bus para ir a Nápoles, siguiente etapa de nuestro periplo.
Cambiamos de región en nuestro viaje por el sur de Italia. Dejamos la Puglia y entramos en Basilicata. Matera es una ciudad, de la región de Basilicata, en el sur de Italia. La habitan unos 60.383 habitantes. Cuenta con un casco antiguo muy particular, en el que las casas estaban excavadas en la roca caliza. «Los Sassi y el conjunto de las iglesias rupestres de Matera» han sido declarados por la Unesco, Patrimonio de la Humanidad en 1993.
Los Sassi:
Matera ha ganado fama internacional por su ciudad antigua, los «Sassi di Matera» (lo que significa «piedras de Matera»). Los sassi se originan a partir de asentamientos prehistóricos (trogloditas), y se cree que son algunos de los primeros asentamientos humanos en Italia.
Los sassi son casas excavadas en la propia roca de toba, lo que es característico de la Basilicata y Apulia. Muchas de estas «casas» son realmente sólo cavernas, y las calles en algunos lugares de los sassi a menudo se ubican en los tejados de otras casas. La ciudad antigua creció en altura en una ladera del barranco creado por un río que actualmente es un arroyo pequeño. El barranco es conocido localmente como «la Gravina».
Hasta finales de los años ochenta, esta zona estaba considerada como pobre, puesto que estas casas eran, y en la mayor parte siguen siéndolo, inhabitables. La actual administración local, sin embargo, se ha orientado más hacia el turismo, y ha promovido la regeneración de los sassi con la ayuda de la Unión Europea, el gobierno, la Unesco y Hollywood. Hoy hay muchos negocios prósperos, pubs y hoteles. Uno de los beneficios de la ciudad antigua es que existe un gran parecido en el aspecto externo de los sassi y la de los antiguos lugares en Jerusalén y sus alrededores. Esto ha atraído a los directores de cine y a los estudios cinematográficos y se han rodado varias películas: La pasión de Cristo, de Mel Gibson y El evangelio según san Mateo, de Pasolini. Un paseo por las callejuelas de la Civita, el núcleo más antiguo de la ciudad, permite adentrarse en la antigua aglomeración urbana formada por una densa red de cavernas, excavadas en la roca por los pastores para dar refugio a sus familias y al ganado. Una arquitectura arcaica, sin ningún tipo de proyecto, que ha dado origen a una auténtica obra monumental, atracción para millones de visitantes procedentes de todo el mundo.
La ciudad de Matera es un concentrado de callejuelas, casas, balcones, iglesias, recabadas en la piedra(tufo). La mejor manera de conocerla y disfrutarla es caminarla (sobre todo porque gran parte de la ciudad es peatonal), subir y bajar entre sus callejuelas, descubriendo las iglesias, las casas y los pocos habitantes que quedan. Aunque está llena de turistas por todas partes.
Qué ver en Matera:
1.-El Duomo – Catedral de Matera
La Catedral de Matera se ubica en el punto más alto de la ciudad, desde la Catedral podrán observar una maravillosa vista del Sasso Barisano.
La fachada de la Catedral de estile Románico-Pugliese tiene un hermoso portal ricamente decorado coronado por la estatua de la Madonna della Bruna, y una imponente rosa de 16 rayos coronada por el arcángel Miguel que aplasta al dragón. El campanario mide 52 m de alto con 4 pisos coronados por una cúspide a pirámide cuadrangular.
2.-El complejo de San Agustín
El complejo de Sant’Agostino (San Agustín en español), está formado por la iglesia y el convento que llevan el mismo nombre, domina el Sasso Barisano desde un espolón rocoso, rodeado de profundos abismos. Es uno de los puntos panorámicos de la ciudad .
3.-Museo Nacional de Arte Medieval y Moderno de Basilicata.4.-El Palombaro de Matera El Palombaro es una enorme cisterna excavada bajo la céntrica Piazza Vittorio, utilizada hasta las primeras décadas del siglo pasado para la recolección de agua potable.
5.-El Castello di Tramontano
6.-Casagrotta di Vico Solitario (representación de vieja casa de matera) La casa es bastante pequeña, pero da la idea de como eran las casas de un tiempo. La casa que visitarán fue habitada hasta 1957 por una familia de 11 personas (más animales). Consiste en una habitación individual, parcialmente excavada y parcialmente construida, con muebles y herramientas antiguas.
7.- Parque de la Murgia Materana y de las Iglesias Rupestres
Desde los Sassi y los numerosos miradores, mirando hacia el este, podrán admirar el espectáculo de las cuevas en la ladera del Murge con vistas al arroyo Gravina. Es precisamente allí donde comienza el parque arqueológico-natural de la Murgia Materana y las iglesias rupestres y ha sido incluido, junto con los Sassi, en la lista de sitios del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Las iglesias rupestres de Matera
Se estima que en Matera hay alrededor de 150 iglesias católicas rupestres que se encuentran desperdigadas entre los Sassi, ya que la piedra no se utilizó única y exclusivamente para la realización de viviendas. Una de las más destacadas es la Iglesia de San Pietro Barisano, que comenzó a ser construida en el siglo XI excavándose en la roca toba, aunque sufrió algunas reformas en el siglo XVIII, y cuyo campanario se encuentra adosado al templo, aunque lo más destacado es su fachada.
Matera es una de las ciudades más bellas que visitar en el sur de Italia, una ciudad interesante con mucho que ver. Andar por su centro histórico durante la noche será una experiencia inolvidable, sus callejuelas, el juego de luces de los “sassi” en el atardecer, valdrá la pena todo el tiempo dedicado en ella. + INFO: https://www.viajablog.com/visita-sassi-matera/
Otranto es una de las ciudades más conocidas de Puglia, un lugar donde pequeñas callejuelas y casas blancas recorren el interior de sus murallas, dominadas por el gran Castillo aragonés. Es la ciudad más oriental de Italia, y da su nombre a la ría, el Canal de Otranto, de 70 km de ancho y que separa este trozo de costa del Talento del Cabo Linguetta en Albania.
Durante los meses de verano, sus calles se llenan de gente, con sus tiendas y restaurantes abiertos hasta bien entrada la noche. Y es que Otranto ha sido muy popular durante toda su historia. A finales del siglo XIV, la ciudad fue destruida por los turcos durante una guerra que les enfrentaba con los venecianos de entonces. Como resultado de esas batalla y de la malaria, la población se vio sensiblemente reducida y la ciudad perdió protagonismo. El casco antiguo de Otranto nos lleva a calles bordeadas de casas pintadas de colores entre las construcciones militares de antaño, fortificaciones que se asoman al puerto. También se visita el castillo construido por los aragoneses en el siglo XV, en una posición que domina la entrada del puerto. Un lugar donde perderse caminando entre calles de adoquines. La tarantela (baile típico): Cuando a uno le picaba una tarántula en las regiones italianas del sur se improvisaba un baile frenético en medio del pueblo para que las victimas bailaran locamente al son de los tambores, tras horas y horas bailando caían extenuadas y así evitaban que el veneno se propagara por su cuerpo. Esta es la leyenda de cómo nació la tarantela y cada año se celebra el Festival della Taranta en Salento en Puglia. La entrada natural al centro histórico es la Porta Alfonsina, en memoria de Alfonso, duque de Calabria, que liberó la ciudad de la dominación turca. Una serie de callejuelas nos llevan hasta la Catedral de Otranto, joya de la arquitectura románico-pugliese, edificada en el 1080-88 y conocida también como Catedrale dell’Annunziata.
En la Capilla de los Mártires, a la derecha del altar mayor, se conservan los huesos de las víctimas de la masacre turca. La obra maestra, sin embargo, está representada en el suelo, en un precioso mosaico en colores brillantes, obra del sacerdote Pantaleone (1163-1166), que representa escenas de la Biblia y ciclos épicos medievales. Debajo del ábside se encuentra la amplia cripta, sostenida por una selva de columnas con capiteles de distintas épocas y frescos bizantinos. La calle principal del pueblo es Corso Garibaldi, vibrante y concurrido, que sube en dirección a la plaza del pueblo, o Piazza del Popolo, con la Torre dell’Orologio (Torre del Reloj) del año 1779. Desde aquí se llega a San Pietro, una iglesia bizantina que se remonta al siglo X-XI, y que fue durante muchos años la sede de cul
to griego.
Porta Mare, La puerta del mar, nos permite subir a los bastiones y alcanzar el Castillo de Otranto. Rodeado por un amplio foso y protegido por tres torreones cilíndricos, el castillo tiene un bastión que domina el puerto. Este impresionante castillo fue construido por los aragoneses en 1485-89 par proteger la ciudad después de habérsela quitado a los Otomanos. Través del puente levadizo se accede a un gran patio donde desembocan las estancias que hospedan exposiciones temporales. Una escalera permite alcanzar las gradas desde donde podemos disfrutar de unas preciosas vistas a la ciudad, al Canal de Otranto y a la costa albanesa.
GALLIPOLI
Conocida con el apelativo de perla de Salento, Gallipoli presume de su antiguos orígenes como revela su nombre que deriva del griego Kalé polis, es decir ciudad bonita. Conquistada por los romanos en el 265 a.C. después de la caída de Taranto, la ciudad de Galliopoli entró en el circuito de la vía Appia que unía Roma a Brindisi.Está ubicada en el que sería el tacón de la bota del mapa de Italia, sobre el Golfo de Tarento en el Mar Jónico, a cuarenta y nueve kilómetros de Otranto (que está en la parte este, de cara al Mar Adriático), dentro de la Región de la Apulia, formando parte de la Provincia de Lecce; nacida en un islote calcáreo fue unida a la tierra firme por un puente.
Cuando los romanos la conquistaron, en el siglo III a.C. Gallipoli pasó a ser parte de aquella extensa e importante carretera que conectaba gran parte del Imperio, la llamada Vía Apia, que unía en este caso Roma con Bríndisi. En esa época de prósperos negocios con Oriente a través de Los Balcanes y Grecia la ciudad prosperó ampliamente.
Luego, por años, estuvo bajo el dominio de varios invasores y hasta sufrió un asedio de casi un año, de 1268 a 1269. Cuando Fernando I de Borbón sube al trono en la parte meridional de Italia da comienzo a las obras de construcción de lo que sería el nuevo puerto comercial de la ciudad.
Lugares de interés, de los cuales no puedes perderte:
1. La Fontana Greca
La increíble fuente greco-romana se encuentra justo después del puente que divide la ciudad nueva del casco antiguo, ambas diferentes pero de maravillosa belleza. Originalmente, se pensaba que la fuente se remontaba al siglo III antes de Cristo, pero luego de largos estudios se colocó su creación en el Renacimiento.
2. El Casco antiguo
Su casco antiguo es pequeño pero muy bonito y se encuentra en una isla conectada al continente por un puente de piedra. Una carretera panorámica, rodea toda la isla, lo que permite disfrutar de un paisaje fantástico
3. La Catedral de Santa Ágata
La ciudad tiene varias Iglesias que puedes visitar y la más importante es la Catedral de Santa Ágata, del siglo XVII, construida con piedra local, de estilo barroco.
4. El Palacio del Seminario
En la ciudad puedes visitar varios palacios: el Palacio del Seminario, el Palacio Pirelli y el Palacio Balsamo. Entre estos destaca el Palacio del Seminario.
5. El Castello di Gallipoli
6. Playas de Gallipoli
No se puede aparcar dentro del casco histórico, excepto residentes. Dejamos el coche en el parking del puerto y accedimos a pie al centro. Tuvimos la suerte de ver una hermosa puesta de sol, en una terraza y con una cerveza.
Paseamos por el centro histórico, descubriendo sus callejuelas, sus monumentos, terraza de los bares llenas de gente y cenamos en un restaurante típico. Al día siguiente, visitamos el mercado y el puerto, donde se vendía el pescado fresco. Compramos un rico queso de la zona.
¡Gallipoli, puerta de Oriente, una ciudad que nos encantó !