El Salento, llamado también como "península salentina" es popularmente conocido como el Tacón de Italia, y es una subregión de Italia que se extiende sobre la parte sur de Puglia, entre el mar Jónico al oeste y el mar Adriático al este.
El Salento se extiende por la provincia de Lecce, comprendiendo además algunas poblaciones de Brindisi y otras de Taranto. Desde bien antiguo, el Salento ha delimitado por muchos siglos la zona denominada Tierra de Otranto.
El nombre del Salento tiene orígenes inciertos. Se dice que deriva del "Sale" (sal), como tierra rodeada del sal y mar. Los romanos llamaban salentinos a los habitantes de las zonas que vivían alrededor del Golfo de Taranto.
Comenzamos nuestro periplo visitando Martina Franca.
La ciudad de Martina Franca fue fundada en el siglo X, cuando algunos ciudadanos, que huyeron de la devastación sarracena de Taranto, construyeron una aldea en el Monte S. Martino, una alta pendiente que se encuentra en las colinas de Murgia.
Es una ciudad famosa sobre todo por sus edificios barrocos, como los palacios Panelli, Blasi y Motolese, todos enriquecidos por logias decoradas con hierro forjado.
Martina Franca, es otra de las poblaciones atractivas de la zona, gracias en parte al Festival de Música que acoge todos los veranos desde hace cuarenta años y a su imponente muralla de puertas barrocas. Para coger fuerzas, un capuccino en el Café Tripoli (Via Garibaldi, 10), una visita a la basílica barroca de San Martino y un paseo por la Piazza Roma, donde se sitúan el Palazzo Ducale (siglo XVII) y el Teatro Verdi.
El aspecto actual de la ciudad se desarrolló durante la época de mayor desarrollo económico (siglo XVIII) recibiendo una decisiva marca barroca que se hace presente sea en los palacios nobiliarios que en la trama de las callejuelas y calles del centro histórico.
Al centro se accede a través de una de las cuatro puertas conservadas: Puerta S. Estefano, S. Nicola, S. Maria, S. Pietro (siglo XV) o a través de la curiosa Posterla, una verdadera saetera, más que una puerta que consiente el paso de una sola persona por vez.
Muy características son las torres de Martina Franca, actualmente incorporadas al perfil urbano: Torre delle Seti, Torre del Forno, Torre dei Mulini y Torre dell’Anunciata.
Entre las iglesias destaca la barroca basílica de San Martín, edificada sobre un precedente edificio románico, S. Domenico y la iglesia del Carmen (1727-1758).
Entre los edificios civiles recordamos el Palazzo Ducale, sede del Museo natural de Pianelle, el edificio de la Universidad (1478) y el bonito Palazzo Stabile.
El territorio de la ciudad produce además un buen vino DOC, el Martina Franca.
Cisternino, siguiente meta, es una localidad situada en el sudeste de Italia, en la provincia de Brindisi, región de Puglia.
Se halla encaramada en una terraza de piedra caliza, a unos 394 metros sobre el nivel del mar, ocupando la zona sureste de la meseta de Murgia.
Su proximidad con el Mar Adriático hace que se puedan percibir las brisas de dicho mar por todo su entorno, influyendo también en el clima. Su altitud permite también obtener unas vistas espectaculares de todo el Valle de Itria.
Lo más característico de Cisternino es su peculiar casco histórico que se encuentra colmado de casas blancas, entre calles estrechas repletas de geranios, imponentes arcos, frisos de piedra y muchas escaleras.
Lugares de interés en Cisternino
- La iglesia de San Cataldo se encuentra en el casco histórico, justo frente de la antigua muralla de la ciudad.
- El Palacio del Gobernador es un edificio construido en la época de dominación veneciana, en el siglo XVI.
- La Plaza Vittorio Emanuelle II con su hermosa Torre del Reloj.
- Torre de la Puerta Grande o Torre Normanda fue construida en la época medieval, posee 17 metros de altura y en su origen fue la entrada principal de la ciudad. En su parte superior se ubica una pequeña estatua de San Nicolás de Bari.
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Seguimos ruta y llegamos a Ostuni, también conocida como la Ciudad Blanca, que se alza cándida en la Murgia de Puglia, en el límite con Salento. Su ciudad vieja, llamada La Terra, es inconfundible precisamente por el color blanco de sus edificios pintados con cal.
Una visión sugerente también a distancia, desde donde se ve cómo la pequeña ciudad se encarama sobre la cima de un promontorio blanca como la nieve. Ostuni está rodeada por una muralla y por torreones aragoneses, y es un ovillo de callejuelas, patios y placitas verdaderamente fascinante.
Habitado desde la prehistoria, el territorio de Ostuni es rico en testimonios de las sucesivas dominaciones que han pasado por la zona y lo demuestra en la belleza de su burgo antiguo, completamente teñido de blanco con cal, una intrincada red de callejones y escaleras, mientras que en su cima se yerguen la Catedral y el Palacio Episcopal.
Su pintoresco casco antiguo lo forman casas completamente blancas, que le dan la apariencia de una ciudad griega. La cal se utiliza mucho desde la antigüedad para cubrir las fachadas, ya que era económico su uso, protege del calor, refleja los rayos del sol y protege del contagio de enfermedades como las plagas, por ser un desinfectante natural.
Después de tanta urbe, nos vamos al PN Torre Guacetto. Un Área Marina Protegida y una Reserva Natural de gran belleza.
La Reserva Terrestre es un área de ecosistema agrícola, con una profusa vegetación que se extiende hasta la costa. También se encuentra allí la Macchia Mediterránea, un ecosistema compuesto esencialmente de grandes arbustos y pequeñas especies arbóreas. Aquí la fauna se destaca por incluir reptiles y mamíferos, además de hermosas aves autóctonas como el petirrojo.
Seguimos ruta y llegamos a Ostuni, también conocida como la Ciudad Blanca, que se alza cándida en la Murgia de Puglia, en el límite con Salento. Su ciudad vieja, llamada La Terra, es inconfundible precisamente por el color blanco de sus edificios pintados con cal.
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