Alepo, segunda ciudad de Siria, tiene el mejor zoco del país. Su casco histórico es Patrimonio de la Humanidad. Según la tradición bíblica, Abraham se detuvo aquí en su búsqueda de la Tierra Prometida.
Visitamos: El Museo Nacional, la Ciudadela de Alepo, construida por el hijo de Saladino, la Gran Mezquita, una fábrica de jabón (dicen que el mejor del mundo), un siquiátrico de los mamelucos (curaban a los trastornados a base de una terapia de agua) y por supuesto, el zoco.
Un laberinto de callejuelas, con un techo protector para el sol, pero muy ordenados los puestos: Especias, jabones, frutas, telas, libros, joyas, etc., es el lugar ideal para pasear, mirar y también, comprar (con un regateo no tan fuerte como en otros lugares).
Paseo por el barrio cristiano y armenio, viendo alguna de sus iglesias.
También fuimos al hamman de Alepo, más turístico que el de Damasco, pero podían entrar las mujeres (no con los hombres, claro).
Y después, a cenar. En un lugar bastante bueno, Casa Hossna.
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