En la carretera hacia el norte, nos encontramos con 2 lugares interesantes:
- Rumsiskes, un museo etnográfico al aire libre, con casas típicas campesinas de los lituanos, donde podemos observar sus modos de vida tradicionales, enseres domésticos, trajes y vestidos, aperos de labranza, juguetes antiguos, etc. En verano, se celebran fiestas con música y danzas de la región.
- La Colina de las Cruces, en Siauliai, es un sitio peculiar. Una colina, en un país bastante llano, que está repleta de cruces de todo tipo: Madera, hierro, latón, etc. Miles de cruces, clavadas en el suelo o apoyadas unas sobre otras, forman una selva. Cuando sopla el viento, las cruces, tintinean, al rozarse entre sí y producen un sonido inquietante.
Este lugar era ya un centro de lucha antizarista en el s. XIX y con la anexión soviética, se quiso acabar con la significación religiosa. Metieron unas excavadoras y arrasaron el lugar. Pero, al día siguiente, aparecieron más cruces. Y vuelta a empezar. Al final, lo dejaron por imposible.
Con la libertad recobrada, se convirtió en meca de perenigraje obligada para todos los católicos del país e incluso de los otras naciones bálticas. En 1993, el Papa Juan Pablo II visitó el lugar y ofreció una gran cruz, que hoy preside la colina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario