Desde Siam Reap hasta Phnom Penh nos trasladamos en barco por el lago Tonle Siap, el mayor del Sureste Asiático y que produce un extraño fenómeno cuando llegan las lluvias del monzón, las aguas fluyen en sentido contrario hacia arriba y es cuando más pesca hay. Al inundarse los alrededores, se crean zonas aptas para los arrozales.
Es un viaje relajado en un barco grande y te permite ver el paisaje camboyano
Llegamos a la capital, Phnom Penh que tiene puerto fluvial y salida al mar de la China.
Se puede visitar: El Palacio Real, que tiene su encanto, no tan ampuloso como el de Bangkok, la Pagoda de Plata, el Museo Nacional, el Mercado Ruso y el templo de Wat Ounalom.
Hay dos lugares más que ver en Phnom Penh, aunque no sean muy agradables, pero no debemos olvidar la historia. Tuol Slang, antaño un prestigioso colegio y en tiempos de Pol Pot y los jemeres rojos, el lugar donde asesinaban al pueblo camboyano. Es un lugar triste, pero hay que verlo.
Fuera de la ciudad, están los Campos de la Muerte, Choeun Ek, donde han levantado una pagoda que contiene los cráneos de los ejecutados.
Y para terminar la jornada, el paseo junto al embarcadero es el lugar más transitado al caer la tarde y óptimo para ver la puesta de sol. Cenar y beber una cerveza en el FCC bar, donde se reunían los corresponsales de guerra, puede ser un buen epílogo.
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