Con un millón de km2 y 80 millones de habitantes, es uno de los países más poblados del continente africano. Más del 95% del país es desierto árido, salvo la zona fértil del Valle del Nilo y su delta, lo que ha llevado al 90% de la población a concentrarse en esa zona.
Egipto limita al oeste con Libia, al sur con Sudán, al norte con el mar Mediterráneo y al este con el mar Rojo e Israel. La región oriental, al otro lado del Canal de Suez, constituye la península del Sinaí, una zona montañosa donde se encuentra el monte Catalina, que con sus 2.642 metros es el punto más alto de la república. La costa mediterránea de Egipto está formada por un gran número de playas de arena blanca.
Egipto es famoso por su antigua civilización y sus monumentos, como las pirámides y la gran esfinge; la ciudad meridional de Luxor contiene un gran número de restos antiguos, tales como el templo de Karnak y el Valle de los Reyes.
El rio Nilo periódicamente se inunda y produce un limo negro que hace muy fértiles las tierras próximas. Este hecho crea riqueza agrícola y dio origen a una de las primeras civilizaciones.
Los faraones eran considerados divinidades y gobernaban una sociedad estratificada. En torno al año 2600 a.C., se construyó la primera pirámide y, durante los siguientes quinientos años, las técnicas constructivas fueron ganando en magnificencia. A lo largo de la IV dinastía, el poder faraónico alcanzó su máximo esplendor, cuando Keops, Kefrén y Micerinos mandaron erigir las pirámides de Gizeh.
Con la llegada del faraón Metuhotep II se reunificaron las tierras del Alto y Medio Egipto. Durante el período comprendido entre los años 1550 y 1069 a.C., el imperio Nuevo prosperó bajo el mandato de faraones como Tutmosis I (el primer soberano enterrado en el valle de los Reyes), su hija Hatshepsut, una de las pocas mujeres que gobernaron, y Tutmosis III, que extendió el imperio hacia Asia occidental.
Amenofis IV rechazó la tradición religiosa y tomó el nombre de Akenatón en honor a Atón, el disco del sol naciente. Él y su esposa Nefertiti crearon una nueva capital llamada Tell el-Amaina, dedicada exclusivamente al nuevo dios. El yerno de Akenatón, Tutankamón, gobernó Egipto durante nueve años y murió siendo todavía un adolescente. A partir de entonces, una sucesión de generales, Ramsés I, II y III y Seti I, accedieron al poder y se inmortalizaron en monumentos y templos gigantescos. El imperio inició un nuevo período cuando el conquistador griego Alejandro Magno estableció una nueva capital y dinastía tras su llegada en el año 332 a.C.
Bajo el dominio de Tolomeo I, Alejandría se convirtió en una gran ciudad. Durante los trescientos años de dominación griega, se vivieron muchas rivalidades entre la clase noble, que derivó en multitud de exiliados y de asesinatos. Mientras tanto, una Roma en expansión empezó a interesarse por Egipto, y así se fue preparando el escenario para una de las historias folletinescas más antiguas y celebradas del mundo. El trágico final de sus protagonistas, Marco Antonio y Cleopatra, favoreció la anexión de Egipto al Imperio Romano.
Después llegaron los bizantinos, los árabes que fundaron Al Quahira (El Cairo), los turcos. Napoleón invadió Egipto y fue expulsado por los británicos. En 1805 Egipto consiguió la independencia, siendo nombrado sultán Muhammed Alí.
Los ingleses y franceses tenían muchos intereses económicos en el Canal de Suez y cuando Nasser, un coronel del ejército que llegó a presidente quiso nacionalizar el canal, los israelíes, ingleses y franceses intentaron derrocar al gobierno sin conseguirlo. Esta victoria militar colocó a Nasser a la cabeza de los líderes de Oriente Medio y como ejemplo a seguir por el mundo árabe para desembarazarse de las injerencias extranjeras.(Crisis de Suez).
Luego, llegaron las guerras con Israel, que les arrebató la península del Sinaí. Posteriormente se la devolvieron y hoy día, el presidente Mubarak trata de acercarse a Occidente, firmando tratados de paz con Israel. Egipto aprovechó su prestigio para mediar entre Israel y Palestina, y en 1993 apoyó la firma de los acuerdos que llevaron al inicio de la autonomía palestina, defendiendo la formación de un futuro Estado Palestino.
Su economía gira en torno al petróleo, minería, agricultura, pesca y turismo. Egipto es un país turistico con 3 zonas principales: El Cairo, (on las Pirámides de Giza, la Esfinge, el Museo del Cairo).
La zona sur con el Valle de los Reyes, Abu Simbel, Luxor, Karnak, Assuam, etc.
La zona norte, con Alejandría, la península del Sinaí y el mar Rojo, con el balneario de Sharm el-Sheij, en el golfo de Suez.
En gastronomía, una comida tradicional comienza por los «mezas», ensaladas que se toman con los dedos, como entrada o como plato único, acompañados de trozos de pan. El pan hecho con maíz es muy económico y sabroso.
El plato más conocido de la gastronomía egipcia es el «falafel», una sabrosa albóndiga elaborada con judías o garbanzos fritos y condimentada con hierbas aromáticas y ajonjolí. Otros entrantes son el «babaganus», un puré de berenjenas horneadas con tahína (crema de sésamo disuelto en agua y zumo de limón o aceite aromatizado con especias); el ««hummus» o puré de garbanzos con ajo y la «kobeiba», con carne, nueces y pescado frito. Se debe probar el pichón de paloma, relleno de arroz.
Los postres suelen ser muy dulces. El preferido por la mayoría es el «om alí», una rica mixtura de pan con leche, nueces, coco y pasas que se sirve caliente.
Entre las bebidas alcohólicas, la mejor cerveza del país es la «Stella». Las bebidas nacionales son el «ahwa» o café turco, con posos y muy dulce, junto con el «shay», o té que se sirve en vaso, muy caliente. Junto con el té negro, en el Alto Egipto se toma el «karkade», una infusión de color rojo oscuro extraída de la flor del hibisco, que se toma caliente o fría, dulce o más amarga.
En compras, el gran bazar de El Cairo, el Jalili es uno de los mejores lugares del país para encontrar todo tipo de productos típicos. En todo Egipto encontrará papiros, uno de los más bonitos y ligeros recuerdos que podrá adquirir. Y también, el” cartouche”, una joya con tu nombre en escritura jeroglífica. Además, alfombras, tapices, cuero, nácar, etc.
Visité Egipto en 1995 durante 8 días en Semana Santa. Estuve 2 días en El Cairo, un crucero de 4 días por el Nilo y 2 días en Asuán, llegando hasta Abu Simbel.
Me gustó mucho el país, su civilización, los templos, la gente, las puestas del sol en el Nilo, etc.
Pienso volver otra vez.
+ INFO: http://www.elmundo.es/viajes/2003/20/1054312789.html
http://www.egiptoaldescubierto.com/
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