Filae es un de las excursiones más típicas y bellas que pueden hacerse desde Asuán.
En medio de una isla granítica, el templo se levanta recortado contra el cielo, elevado sobre sus columnas y sus pilares, llamando a su diosa, Isis.
De 400 metros de largo por 135 de ancho, la isla está hacia al sur, allá donde el Nilo rompe en cataratas. El templo que se levanta en Filae es uno de los tres templos ptolemáicos que mejor se conservan, junto al de Edfu y el de Dendera.
En el año 1904, cuando se construyó la presa de Assuán, el templo quedó bajo las aguas del Nilo durante casi todo el año. Sólo en Agosto, al bajar sus aguas, el templo podía admirarse. Por ello, el templo fue desmontado, transportado y vuelto a montar en la isla Egelika, 150 metros más al norte. Este ímprobo trabajo fue realizado por los técnicos de la Unesco, numerando, cortando y volviendo a montar todas las rocas, como si de un rompecabezas se tratase.
Fue declarado Patrimonio de la Humanidad, junto con los templos de Abu Simbel, en 1979.
España recibió por regalo de la Unesco, en la colaboración de estos trabajos, el templo de Debod, que puede admirarse en Madrid.
Por último, una recomendación. La visita a Filae, a la que se llega en un pequeño bote, debe hacerse por la noche. La representación del espectáculo de luces y sonido es como un viaje en el tiempo. El sonido de la voz de los dioses hablando, entre aquellos pasillos históricos, envolviéndote, te llevan al pasado, y entre esas mismas luces y sombras, te dejas llevar inconscientemente a la Historia del Antiguo Egipto.
Abu Simbel, complejo de templos excavados en la roca, está dedicado al culto del faraón Ramses II, al igual que tantos otros dispersos por todo el país. Su construcción se inicio aproximadamente en el 1280 a.c. y duró unos 20 años. Su propósito era impresionar a los vecinos del sur (nubios), fortaleciendo el prestigio de Egipto y realzando la figura del Faraón, un Dios en la mentalidad de los súbditos.
El complejo está compuesto por dos templos. El mayor de ellos está flanqueado por dos grandes estatuas de Ramses II y está dedicado a Ra, Ptha y Amón. El segundo, algo menor, está dedicado a la diosa Hathor, personificada por la esposa favorita del Faraón, Nefertari.
El templo mayor de Abu Simbel es, sin duda, uno de los más bellos que se pueden contemplar en todo el mundo. Su fachada tiene, nada menos, que 33 metros de altura y cada una de las estatuas de Ramses miden 20 metros. Están esculpidas sobre la roca original, lo que da idea del descomunal trabajo que supuso su construcción.
El templo está construido de forma que durante los días 20 de Febrero y 20 de Octubre, los rayos del sol se adentran dentro del templo y alumbran con un halo las caras de los grandes dioses Amón, Ra, y Ramsés. La cara del dios Ptah no se ilumina nunca al ser considerado el dios de la oscuridad.
Al igual, que el templo de Filae fue desmontado piedra a piedra y se colocó en una montaña artificial de roca en su actual emplazamiento.
Nosotros fuimos a Abu Simbel en bus, en un trayecto de 3 h y media, saliendo a las 4 de la mañana del hotel. Pero, el espectáculo de ver amanecer en el desierto y contemplar la obra maestra de los templos de Abu Simbel, nos resarcieron ampliamente del madrugón.
+ INFO: http://www.sofiaoriginals.com/dici55templosptolemaicos3.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Abu_Simbel
http://www.mypano.es/spanish/Egipto.htm
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