Los primeros reyes de Egipto (faraones) se hacían enterrar junto a decenas de servidores sacrificados en tumbas que luego tomaron un carácter colosal: las pirámides, por las que los faraones alcanzaban el firmamento y se reunían con los mismos dioses. El origen de las pirámides ha de buscarse en el Alto Egipto, al sur del país, lugar de origen de la monarquía faraónica.
El primer elemento distintivo de las tumbas es la orientación de los cuerpos de los difuntos, que siempre estaban dispuestos de norte a sur (en el sentido del Nilo) y con la cabeza mirando al oeste, el lugar donde se ponía el sol y se situaba el mundo de los muertos. El segundo rasgo se relaciona con la crecida del Nilo, un fenómeno muy presente en la ideología faraónica. Desde tiempo inmemorial, los habitantes del valle del Nilo enterraban a sus muertos en la arena del desierto, evitando la valiosa tierra fértil de los cultivos. Los egipcios observaron con sorpresa que como resultado de la acción secante de la arena, que se bebía los fluidos de la descomposición, estas momias naturales conservaban intactos los rasgos del difunto. Esto sólo podía significar que enterrarse bajo una colina preservaba de la muerte, por lo que los nuevos soberanos decidieron que era imperativo situar sus tumbas bajo un montículo. De ahí, la construcción de las pirámides o tumbas de los faraones y la momificación de éstos.
La Necrópolis de Giza se encuentra, a unos veinte kilómetros de la ciudad de El Cairo. Es muy fácil llegar a ella, en bus ó en taxi.
El complejo principal, lo componen las Pirámides de Keops, Kefrén y Mikerinos. De las tres pirámides principales se conserva su núcleo, conformado por bloques de piedra caliza, pero de su revestimiento, de caliza pulida, sólo quedan algunos restos, pues estos bloques fueron utilizados para construir edificios en la cercana ciudad de El Cairo.
La Gran Pirámide estaba considerada en la antigüedad una de las Siete maravillas del mundo, y es la única que aún perdura.
En 1979, las pirámides fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La Gran Esfinge está tallada en una roca caliza de la propia meseta de Giza. Mide unos 57 metros de longitud y veinte de altura. Se supone que pertenecía al complejo funerario de Jafra, a quien representaría.
Fue construida, probablemente, durante la dinastía IV (siglo XXVI a.C.) y se cree que la imagen de su cara es la del faraón Kefren, quien vigilaba así su propia tumba.
Existen diversas teorías que tratan de explicar como se construyeron las pirámides, pero no se sabe con certeza cómo se erigieron. El arquitecto francés Jean-Pierre Houdin expuso en abril de 2007 la teoría, según la cual las piedras de la Gran Pirámide de Giza fueron transportadas por una rampa exterior tradicional hasta una altura de 45 metros. Desde ahí los bloques eran subidos por una rampa en espiral, montada dentro de la propia pirámide.
Otras teorías atribuyen la construcción a extraterrestres o a una civilización desconocida de hace 10.000 años. Pero, son sólo eso, teorías.
Lo que es cierto, es que cuando llegas a Giza y contemplas las pirámides por primera vez, te embarga la emoción y sientes como si hubieses llegado a la meta de un viaje, que desde niño siempre te habías imaginado.
Por la noche, hacen un espectáculo de luz y sonido en las pirámides, que a pesar de los numerosos turistas, es recomendable para ver.
+ INFO: http://locuraviajes.com/blog/las-piramides-de-gizeh-donde-el-tiempo-nunca-pasa/
http://www.egiptologia.com/todo-sobre-las-piramides.html
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