El nombre árabe de Yemen significa «el lado derecho», que es la posición que ocupa al mirar hacia el este desde la Meca, el corazón espiritual del Islam. La actual República de Yemen limita con el mar Rojo al oeste, con el sultanato de Omán al este, con Arabia Saudí al norte y con el océano Indico al sur. Su superficie, incluyendo las islas de Socotra, Perim y los archipiélagos de Zuqar y Kamaran, es algo superior al medio millón de kilómetros cuadrados.
Yemen está formado por tres principales zonas geográficas y climáticas: el área costera, plana, cálida y húmeda; el desierto; y las montañas, de clima más suave. El desierto árabe ocupa una gran parte del territorio, pero existen algunas zonas fértiles en las que la agricultura y ganadería se desarrolla bien. Al oeste se encuentra la llanura llamada Tihamah, una fértil zona que bordea la costa del mar Rojo y que se extiende hacia el interior formando una franja que oscila entre los 30 y los 80 kilómetros. La agricultura de esta llanura produce abundantes cosechas irrigándose los campos cuidadosamente. En el sur y en el sureste, otra franja de llanura costera limita con el océano Indico.
Las montañas de Yemen se extienden de norte a sur desde la llanura de Tihamah. En ellas se encuentra la cumbre más alta de la Península Arábiga, el monte Hadur Shuayb, de una altura de 3.760 metros. También hay zonas montañosas bordeando las tierras bajas que se extienden frente al océano Indico. El valle más famoso es el Wadi Hadhramaut, que posee una longitud de 200 kilómetros y una anchura de 10. Esta profunda mancha verde ha sido excavada en el desierto circundante mediante la erosión durante cientos de miles de años de lluvias torrenciales. Este valle, conjuntamente con la fértil Tihamah, contrastan fuertemente con el resto del Yemen, donde las arenas del desierto se extienden interminablemente hasta la indefinida frontera con Arabia
Saudí.
Yemen fue la patria de los sabeos, un pueblo técnicamente avanzado y amante de la paz que construyó la famosa presa de Marib, la ciudad que posteriormente se convertiría en su capital. Los sabeos fueron sucedidos por los himyaritas entre cuyos gobernantes se cuenta la famosa reina de Saba. Sus encuentros con Salomón son relatados tanto en la Biblia como en el Corán. Según cuenta la tradición etíope, de la unión de ambos nació Menelik, que más tarde se convertiría en rey de los etíopes. Durante el último periodo himyarita penetraron en Yemen el cristianismo y el judaísmo.
En el año 529, las tierras yemeníes fueron conquistadas por los etíopes y, más tarde, en el 601, fueron los persas los que se hicieron con el control. En el año 628, Badham, el sátrapa persa de Yemen, abrazó el islamismo y como consecuencia de ello, el país fue anexionado al imperio islámico. En el 819 consiguió de nuevo su independencia con la dinastía de los Zyaditas, sustituida posteriormente por las de los Sulaihidas y Hamdánidas. A partir del siglo IX se produjo un periodo de decadencia en el que el país se dividió en numerosos territorios tribales y ciudades-Estado. Después, los egipcios invadieron el país. Los turcos otomanos dominaron la parte norte de Yemen con algunas interrupciones desde comienzos del siglo XVI hasta 1890, mientras que el sur mantuvo una precaria independencia de mano de los imames nacionales hasta principios del siglo XIX. Por su parte, los ingleses tomaron Aden en 1839, y en 1937 la convirtieron en colonia británica, pasando a ser la más importante base militar en Oriente Medio por su estratégica posición en el mar Rojo.
La leyenda de Arabia Felix resurgió en el XVII, cuando comerciantes franceses, ingleses y portugueses oyeron hablar de una bebida, el "oro negro" -el café-, que se exportaba al mundo entero a través del puerto yemení de Moka.
En 1990 se produjo la unificación. Sin embargo, una cruenta guerra civil estalló de nuevo en mayo de 1994 como consecuencia de los conflictos de poder surgidos durante los cuatro años de reunificación. Tras dos meses de enfrentamientos armados, las fuerzas del norte triunfaron sobre las del sur alcanzándose la paz. Yemen ha dejado de ser país de paso de caravanas para convertirse en un país que lucha por sobrevivir a sus múltiples limitaciones económicas.
Pese a la penetración del mundo moderno, ciertas partes del Yemen siguen profundamente ancladas en el pasado. Muchas tribus de las montañas siguen siendo prácticamente independientes y los yemeníes más culturizados todavía siguen llevando al cinto la jambiyya, la daga curva símbolo de su orgullo y su prestigio social. Se hace muy difícil ver a un yemení de las montañas sin ella y no deja de ser curioso que, aunque la pobreza del que la porta sea manifiesta, la daga que lleva al cinto tenga ricas pedrerías y sea una verdadera joya. Su propietario jamás la vendería al ser una herencia de sus antepasados y, por tanto, un motivo de orgullo y de dignidad.
Las mujeres de algunas zonas rurales llevan velo para cubrir su rostro y, en ocasiones, máscara de color negro.
El elemento más destacable de Yemen desde el punto de vista cultural sean sus construcciones de barro. Se puede decir que aquí se inventó el rascacielos. En ningún lugar del mundo, como en este país se pueden contemplar tantas maravillas realizadas con el adobe más sencillo. Son construcciones que se elevan pareciendo violar las leyes de la gravedad. Esta laboriosa arquitectura surge en todos lados, desde los picos de las montañas hasta los fértiles valles o wadis.
En Tihamah, como en el resto del país, los hombres visten faldas o túnicas y las mujeres, pantalones.
El turbulento pasado de Yemen ha dejado un poso de conflicto que, ocasionalmente, salta a la luz pública por la gravedad de los hechos. Desde la unificación del país, no han sido infrecuentes los secuestros de turistas por parte de algunas tribus sublevadas que, de esta manera, obtenían del gobierno alguna reivindicación. Estas acciones siempre solían terminar de manera pacífica con la liberación de los secuestrados y la obtención de la reivindicación. En 200 unos turistas españoles fueron tiroteados y muertos por islamistas radicales. La familia de Bin Laden es originaria de aquí, antes de emigrar a Arabia Saudí.
Yemen tiene 4 lugares que son patrimonio de la humanidad: Sanaá, la capital, Shibam, en el valle de Hadramouth, la ciudad histórica de Zabid y el archipiélago de Socotra.
Viajar a Yemen es como volver a la Edad Media en ciertas costumbres y formas de vida.
Fui a Yemen en agosto de 1997, recorrí el país en un viaje organizado durante 3 semanas y del que guardo un grato recuerdo.
+ INFO: http://www.yementourism.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario