MONTREAL, un trozo de Francia.

Montreal, segunda ciudad francófona del mundo tras París con tres millones de habitantes, conjuga a la perfección su pasado galo con el británico, su carácter romántico y europeo con su aire vanguardista. Situada al borde del río San Lorenzo, la ciudad se extiende sobre una isla, al pie del Mont Royal, donde dos miradores permiten contemplar el panorama de la ciudad y su entorno.



 Pasear por la zona vieja permite empaparse del pasado de la ciudad, con edificios y calles de los siglos XVIII y XIX, como la neogótica basílica de Nuestra Señora, la iglesia más antigua de la ciudad, inaugurada en 1829. En su misma calle está el seminario de San Sulpicio, que lleva dando la hora a los habitantes de Montreal desde hace casi tres siglos. Ineludible es, por supuesto, el Vieux Montreal, la zona del puerto viejo. Recorrer sus calles, visitar el mercado de St. Amable Lane lleno de pintores o almorzar en sus restaurantes son actividades muy recomendables.
 
 La zona moderna de Montreal destaca por su vanguardismo. Sus rascacielos de cristal y acero y sus centros comerciales dominan el paisaje, aunque la ciudad no acaba ahí. Bajo la superficie se encuentra todo un complejo mundo subterráneo de tiendas, cines, restaurantes y otros centros de ocio, en muchos casos interconectados entre sí, donde los habitantes de Montreal pueden soportar mejor los rigores del invierno. Para épocas más calurosas, nada mejor que sus parques, hechos para pasear, descansar y acercarse a las ardillas que los habitan, o su enorme Jardín Botánico. 



 La ciudad cuenta con cerca de treinta museos, entre los cuales cabe destacar el Museo de Bellas Artes, el más antiguo museo de arte de Canadá, el Centro Canadiense de Arquitectura, famoso por la calidad de sus colecciones y exposiciones, y el Museo de Arte Contemporáneo, primero de esta categoría en Canadá. Este último se integra de manera armoniosa en la Place des Arts,  complejo de salas que  desde hace cuarenta años presenta a los artistas más importantes de las artes escénicas y es sede de la Orquesta Sinfónica, de la Ópera de Montreal y de la compañía nacional de baile Les Grands Ballets canadiens.



 Aquí se celebran cada año el festival internacional de jazz y el gran premio de automovilismo de Fórmula 1.

La “ciudad subterránea”
Montreal facilita las cosas a los amantes de las compras gracias a su ciudad subterránea. Esta red de más de 30 km de galerías comerciales y pasillos conecta grandes almacenes, restaurantes, hoteles, museos, cines y teatros, da acceso al metro y a las estaciones de tren y autobuses, facilita la comunicación entre 2.000 comercios y decenas de edificios de viviendas y oficinas. Casi 500.000 personas circulan por ella diariamente al abrigo de las inclemencias del tiempo.

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