Denominada como Pressburg (Presburgo) por los alemanes, y Pozsony por los húngaros, desde 1919 la ciudad quedó con el nombre de Bratislava.
A orillas del Danubio, muy cerca de la frontera austriaca, lo mejor de esta ciudad es el casco antiguo, lleno de palacios, iglesias y museos, y el castillo que, sobre el Danubio, domina la ciudad. Construido por los romanos en el siglo I, ha sido remodelado en varias ocasiones a lo largo de su dilatada existencia.
El centro de la ciudad es la Plaza del Levantamiento Nacional Eslovaco, donde hay tres grandes estatuas que representan a un partisano acompañado de dos campesinas. Desde aquí y a pie, se puede comenzar el recorrido dirigiéndose hacia la Iglesia de la Santísima Trinidad, de un característico color amarillo y de inconfundible estilo barroco. Una vez allí, es imprescindible admirar los frescos en el techo de Antonio Galli Bibiena.
Justo enfrente de esta iglesia, y a través de un puente, se entra al casco antiguo.
Ya en él se encuentran la Puerta Michalska (la única que queda de las tres puertas que servían de acceso a la ciudad).
También son lugares de paso obligado la Cámara Real Húngara, un palacio barroco que fue sede del Parlamento húngaro y que actualmente alberga la biblioteca de la Universidad, la Iglesia y Convento de las Clarisas, la Iglesia Klarisky Kostol y la Catedral de San Martín (un templo gótico del siglo XIV con un campanario de 85 metros que sirvió para coronar a 17 reyes húngaros).
Ya por último es imprescincible la calle Kapitulská, probablemente la más bella de toda Bratislava debido a sus edificos góticos, renacentistas y barrocos.
Con la proliferación de las líneas low cost (bajo coste), puedes ir a Bratislava un fin de semana por menos de 100 €, viaje y alojamiento incluídos.
+ INFO: http://visit.bratislava.sk/es/profil.asp?p1=804
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